Actividades grupales de calentamiento, zumba, esgrima para los más pequeños, cuerdas para saltar, aros que cruzar, vóleibol y tenis de mesa, cancha de vóleibol para adolescentes y un espacio para que niñas de gimnasia artística de la Plaza de Deportes Nº 5 demostraran sus habilidades. Todo eso más frutas, agua, bancos para descansar y música había ayer en la rambla, frente al letrero de Montevideo.

La mañana arrancó con el calentamiento; los veteranos se movían como si no lo fueran; al terminar, uno le dijo al otro: “Quién te iba a decir, que te hacías el dolorido allá en Raigón para no nadar”. Fueron derecho al agua y a la fruta. En la cola, se identificaron como Julio García y Julio Ramallo, de 79 y 65 años, respectivamente. Ambos habían llegado en un ómnibus desde el complejo Sacude, de la Gruta de Lourdes. Hacía poquito que se habían jubilado y que iban a gimnasia, algo que antes, cuando “iban de la casa al trabajo y del trabajo a la casa”, no podían hacer. Desde entonces, notan cambios: “Físicamente uno anda más sin sentir nada, y se despeja mucho más”, resumieron. Las señoras que participaban en el grupo Los 1, que funciona con el apoyo de Montevideo Shopping, tenían más años de movimiento, y aquello era un reencuentro con las compañeras.

El cierre de la jornada fue con zumba, una práctica que cada vez tiene más adeptos. María Noel, Romina y Marcelo, instructores de zumba del gimnasio Espacio Fitness y de la Plaza Nº 5, contaron que la disciplina “está llamando a gente que nunca se había acercado a un gimnasio, porque se corre la bola de que quemás grasas y te divertís y no te das cuenta de que estás haciendo gimnasia. Es una hora de aeróbica, como salir a correr; lo único que pareciera es que estás en un cumpleaños de 15”, explicaron. Y sí, la sonrisa de los bailantes lo decía todo.

Vida cotidiana

Cecilia del Campo, médica deportóloga y coordinadora del área de actividad física y salud de la Chscv, informó sobre el objetivo de sensibilizar respecto de la importancia de un estilo de vida saludable. Dijo que los adultos “deberíamos movernos mínimamente 150 minutos a la semana”, aunque aclaró que eso no necesariamente implica hacer deporte, sino que alcanza con “dejar lejos el auto, bajarse una parada de ómnibus antes, caminar en el horario de trabajo, salir a un parque, a una plaza. Son actividades que tienen que formar parte de la vida cotidiana de las personas, para poder incluirlas”. Recomendó “estar menos tiempo sentado” y aseguró que “la persona que sale a caminar y está menos tiempo sentada frente a una pantalla tiene una doble protección”.

La deportóloga explicó que los uruguayos no ingerimos las cinco porciones de frutas y verduras diarias que deberíamos consumir como mínimo, y tampoco comemos pescado al menos una vez por semana. Sugirió disminuir el consumo de sal, las comidas envasadas y procesadas, evitar el consumo de tabaco, de alcohol y de otras drogas. “Tenemos que medir la cantidad de grasa; los bizcochos y la torta frita nos acompañan desde nuestra cultura, pero no es lo prohibitivo: es tratar de disminuir y saber que si un día se come mucho con grasa, al otro hay que tratar de disminuirlo, porque esto altera directamente nuestras arterias y todo nuestro metabolismo”, indicó.

También se recomienda “tratar de disminuir y manejar el estrés” y aumentar el descanso. En los últimos diez años las muertes por infarto han disminuido 22% (de 11.000 a 10.000 por año), pero “hay muchísimo que combatir todavía”, dijo la médica. Indicó que por esa causa todavía mueren 24 personas por día en Uruguay (13 mujeres y 11 hombres).

Pequeños movimientos

“Hay una epidemia de obesidad infantil producto del sedentarismo y de muchos otros factores, como el consumo de procesados y ultraprocesados”, comentó Del Campo, y agregó que “el sedentarismo está haciendo mella y va a dejar generaciones con un alto costo familiar y social, porque se ven niños con enfermedades que antes eran vistas sólo en los adultos, como hipertensión y diabetes, y esto va creciendo”. La recomendación para los más pequeños es moverse más y no estar más de dos horas frente a una pantalla (incluyendo la del celular).

Algunos de los niños y adolescentes que estaban ayer la tenían clara. Guadalupe, Lara, Emanuela, Noelia, niñas de cinco a 11 años del grupo de gimnasia artística de la Plaza 5 dijeron que les gusta entrenar varias horas por semana. Sobre el sedentarismo opinaron que, “desde que la tecnología empezó a crecer, los niños hacen menos deporte y, en vez de hacer actividades físicas, se sientan más en el sillón, a mirar la tele, o con los celulares”.

Diego y Sabrina, ambos de 13 años y estudiantes del colegio Francisco Espínola, habían jugado a la cuerda, al vóleibol y al fútbol tenis en una mesa de ping pong con la cabeza. Él juega al vóleibol, pero reconoció no tener una alimentación “muy sana” -aunque es “moderado”-, porque, por ejemplo, come papas fritas con ensaladas. Ella contó que no tiene tiempo de hacer deportes porque estudia inglés, pero aclaró que se cuida más en la comida. A ninguno de los dos parecían pesarles los hábitos saludables; más bien todo lo contrario.