Entró por la puerta trasera del juzgado y también se fue por ahí, evitando hacer declaraciones a la prensa en ambas ocasiones. La salida, sin embargo, tuvo sus costos: concretamente, el de un espejo de la camioneta que trasladaba al jerarca, que se estrelló contra la pared de la sede.

Pocas horas después se conoció la versión dada por el vicepresidente Raúl Sendic en el Juzgado de 11º Turno en lo Penal ante la jueza Ana de Salterain, por la causa iniciada por el abogado Gustavo Salle por usurpación de título. En un comunicado firmado conjuntamente por él y por su secretaría de prensa se asegura que el vicepresidente “aportó la documentación respaldante que acredita la realización de estudios curriculares y extracurriculares de medicina y de genética humana, respectivamente, en la Universidad de la Habana, de la República de Cuba”. También se sostiene que “se entendió necesario presentar personalmente ante la jueza” la documentación. Además, se aclara que “desde que retornó al Uruguay hace ya 31 años, jamás el señor vicepresidente ejerció ninguna actividad referente a sus estudios realizados”. Por último, se señala que Sendic “no realizará ningún tipo de declaración pública como así tampoco [lo harán] sus asesores legales, en virtud del respeto estricto que debe merecer la reserva presumarial de las actuaciones judiciales”.

Salle, en cambio, tiene una perspectiva distinta de los hechos. “No tiene título. Llevó una documentación relativa a los cursos que él realizó en Cuba; pero, en definitiva, no tiene título”, dijo. El abogado, que accedió a las declaraciones, explicó que el fiscal del caso, Carlos Reyes, pidió que se consulte a la Universidad de la República si existe una licenciatura en genética en Uruguay. A raíz de esta solicitud, Salle supone que el fiscal estaría avalando la teoría del doctor Fernando Bayardo Bengoa, citada por la defensa, de que si el título arrogado por la figura acusada no existe en el país, no se configuraría el delito. “Esa posición no es unánime, y si ella primara, cualquiera viene al país y puede decir que es ingeniero, licenciado o [que posee] cualquier título genérico, y luego nadie puede decir nada. Para mí es verdaderamente una situación caótica la que se generaría. Pero habrá que ver qué postura adopta el fiscal”, opinó.

Las versiones de Sendic y Salle no son contradictorias, y ninguna de las partes parece faltar a la verdad. la diaria accedió a las actas del juzgado, en las que figura que, durante el final del interrogatorio, la jueza le preguntó a Sendic si “en definitiva no se expedía certificado o título a quienes realizaban la licenciatura en genética en La Habana”, a lo que el vicepresidente respondió negativamente, y dijo que, de haber tenido una vuelta al país más “organizada”, hubiera sido más “cauteloso” con las “certificaciones”. Pero también es cierto que presentó otros documentos que acreditan sus estudios en Cuba, como una carta que le envió su padre, en la que habla de su “carrera en genética” y el “avance” de sus estudios. En sus declaraciones ante la Justicia, Sendic confesó que nunca hizo un trámite de reválida de su “licenciatura”, debido a que esta carrera “no existe en Uruguay”. Además, quiso dejar en claro que jamás puso en su firma “el título de licenciado”, que nunca precisó los conocimientos adquiridos en los cursos para las actividades que realizó acá, ni tampoco accedió a un cargo en que ese título fuera un requisito. No obstante, en otra parte se le pregunta por qué firma los documentos que lo presentan como licenciado, y responde: “Firmé porque soy licenciado”. Respecto del “curso extracurricular” de genética humana, Sendic sostiene que tuvo un año de teórico y otros dos de investigación y docencia”. “Me gustaría que se sepa que hice ese curso; no lo revalidé. Hice todo el curso”. ■