Después del estancamiento registrado en el último trimestre de 2015 y el primero de 2016, el Producto Interno Bruto (PIB) uruguayo creció 1,4% en el segundo trimestre de este año. Desde el punto de vista de la producción, fue gracias a la generación eléctrica por fuentes renovables, que registró tasas de crecimiento de 145% y, en menor medida, a las telecomunicaciones; por el lado de la demanda, el impulso provino de la inversión interna, que creció 16,7%, con aumentos mayores en el sector público, aunque también en el privado.

El informe de cuentas nacionales del Banco Central del Uruguay divulgado ayer mostró que el aumento de 1,4% del nivel de actividad fue el resultado únicamente de un crecimiento del volumen físico del valor agregado de la producción (de 1,6%), ya que los impuestos netos de subvenciones sobre los productos tuvieron una variación nula en el segundo trimestre.

Si no hubiera sido por el aumento en el valor agregado de la actividad de generación y distribución de energía eléctrica -principalmente hidráulica y eólica- y el hecho de que en el segundo trimestre de 2015 el escenario fue particularmente malo en este aspecto, debido a una gran sequía que llevó al gobierno a recurrir a la energía térmica, el resultado trimestral en 2016 habría sido notoriamente diferente.

También se destacó la expansión en la actividad del sector de las telecomunicaciones -en particular en los servicios de transmisión de datos-, que fue parcialmente compensada por la menor actividad en el transporte y almacenamiento, sector que en conjunto creció 6,1%.

Contrarrestando estos crecimientos, se contrajeron la construcción (5,1%), que extendió un trimestre más la caída comenzada en 2014, tanto en el sector público como en el privado; las actividades primarias (4,8%), por una menor producción en la lechería y de la faenas, así como los cultivos de soja y trigo; la industria manufacturera (3,6%) y el comercio, las reparaciones, los restaurantes y hoteles (1,8%); mientras que se mantuvo estable el agregado “otras actividades”.

Las exportaciones de bienes y servicios disminuyeron 7,2% con respecto al segundo trimestre de 2015, fundamentalmente por las menores ventas de soja y autopartes. Las importaciones presentaron un alza de 1,6% por mayores compras de bienes, contrarrestada en parte por las menores importaciones de servicios, lo que deterioró la balanza comercial contra igual trimestre de 2015.

La demanda interna estuvo mayoritariamente impulsada por el aumento de la formación bruta de capital (22,9%), principalmente por el alza registrada en las maquinarias y equipos importados, y contrarrestada en parte por la caída en la inversión en obras de construcción tanto del sector público (cuya inversión creció 58,8%) como del privado (6,1%). En tanto, el consumo tuvo un incremento de 0,3%: 0,2% en los hogares y las instituciones sin fines de lucro y 0,6% en el gobierno.