José Plada, edil nacionalista de la Junta Departamental de Maldonado, renunció a su cargo esta semana, luego de ser denunciado por haber golpeado a su esposa, Marcela Fernández, durante una salida nocturna en el departamento de Rivera, cuando se retiraban de un karaoke. Fuentes de la Intendencia de Paysandú aseguraron que la noticia fue “bien recibida” allí, ya que “es la primera vez en años que aparece un escándalo de este tipo que no involucra a alguien de nuestro departamento”. Una de las cosas que más llamaron la atención del hecho fue que Plada preside la Comisión de Género de la Junta Departamental fernandina. En declaraciones a un medio de prensa local justificó su agresión asegurando: “Mi esposa no era lo suficientemente feminista. No estaba de acuerdo con la ley de cuotas, no se quejaba por la brecha salarial entre hombres y mujeres, le gustaba que la piropearan en la calle. No había manera de hacerle entrar la conciencia de género en la cabeza. ¿Qué otro recurso me quedaba que no fuera un buen par de tortazos?”. Varias organizaciones feministas condenaron el hecho, aunque algunas militantes reconocieron en forma anónima que “en casos extremos en los que las mujeres definitivamente no están entendiendo nada, un coscorrón puede estar justificado”. El hecho fue elevado a la Comisión de Ética del Partido Nacional, desde donde se aseveró que, antes de ser investigado, “nos vamos a asegurar de que no tengamos entre nuestras filas algún ladrón o estafador”. Con respecto al sustituto de Plada al frente de la comisión, fuentes de la bancada nacionalista explicaron que se busca a alguien “que no tenga ningún tipo de antecedente en materia de violencia doméstica. Es difícil, pero desgraciadamente las mujeres han demostrado que no tienen capacidad para ejercer este tipo de cargos, así que no hay más remedio que buscar un hombre. Si tuviéramos un travesti que se vistiera de mujer pero pensara como hombre, sería ideal, pero tampoco hay”.