Para participar en las reuniones se inscribieron 90 instituciones, algunas de las cuales presentaron propuestas, que pueden verse en el sitio web dialogosocial.gub.uy.

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, enumeró los riesgos para la seguridad y la convivencia, y se enfocó en ocho dimensiones. Comentó que los delitos de naturaleza terrorista son un “conflicto global” y que “si bien en nuestro país no se han detectado grupos operando”, los “intereses nacionales” pueden verse afectados si se afectan “intereses de naciones involucradas”, como embajadas, edificios y centros culturales. En cuanto al crimen organizado, dijo que “operan y han operado en nuestro país diversos grupos dedicados a distintas actividades de tráfico” y que “las más notorias son el contrabando, la falsificación marcaria, la trata y el tráfico de personas, tráfico de armas, delitos informáticos”. Con respecto al narcotráfico internacional indicó que “los delincuentes uruguayos han pasado de ser simples mulas para transportar drogas [...] a organizar el transporte en veleros desde el Caribe a la Península Ibérica, llegando a la lucrativa actividad de ser lavadores de dinero, lo cual se considera un avance considerable en el grado de conocimiento y confianza con los traficantes internacionales”. Agregó que por las cárceles uruguayas han pasado “narcotraficantes de todas partes del mundo” que han transferido experiencias, conocimiento, formas de dirimir conflictos y contactos a los uruguayos; Bonomi remarcó que ningún cártel se ha instalado en Uruguay.

Habló de la existencia de “bandas territoriales” y de que en algunos barrios ha comenzado a haber “un creciente proceso de disputa de la legitimidad de la autoridad”. Dijo que en algunos barrios metropolitanos las bandas acordaron “un pacto de no agresión” y que “ocasionalmente operan juntos”. Se refirió también a las “bandas de asaltantes” que “planifican y ejecutan secuestros, rapiñas o hurtos de consideración”. En la dimensión “criminalidad común” mencionó que la rapiña es el delito que ha tenido mayor crecimiento, y que han decrecido los delitos “en los que es necesaria la destreza”. Dijo que el crecimiento de las rapiñas está asociado a la ansiedad provocada por el consumo de drogas y que la mayoría son acciones sin planificación. Distinguió las rapiñas que requieren “un alto grado de planificación”, que son realizadas por grupos pequeños que “captan elementos pertenecientes a la seguridad privada o empleados de las empresas víctimas del delito”.

Sobre las “infracciones de menores de 18 años” dijo que “se ha asegurado la prisión efectiva de los adolescentes infractores”, así como “un tiempo mínimo de reclusión de un año para delitos graves”, lo cual, según él, contribuyó a que “la actividad de esta franja delictiva” se mantenga “en un porcentaje estable, o incluso con reducción”.

Sobre el conflicto en el espacio público, comentó que el escenario más problemático es el de los espectáculos deportivos, donde “grupos de hinchas de clubes de fútbol generan una importante violencia antes, durante y luego de los encuentros”, y donde se ha percibido “el creciente avance de delincuentes en el liderazgo de los grupos de hinchas”.