La diaria habló con Mariela Echegaray (directora de la escuela 174 de Pueblo Victoria) y Virginia Díaz (Coordinadora del Centro de Tecnología Educativa de Inspección Oeste).

¿Cómo surgió la idea de la Semana de la Tecnología?

Virginia Díaz: -La semana de las TAC fue una idea de Inspección Oeste que surgió el año pasado. Hace muchos años que se hacen ferias a nivel de jurisdicciones departamentales en todo el país; antes se reunían todas las escuelas una vez al año en las salas de informática y mostraban sus experiencias. Con la llegada del Plan Ceibal eso se convirtió en ferias departamentales y la inclusión de la tecnología se hizo masiva, pero lo que sentíamos desde aquí era que la comunidad nunca llegaba a disfrutar de esos eventos, debido a las distancias, los traslados, etcétera. Entonces, desde el año pasado armamos la Semana de las TAC: la escuela está abierta toda la semana, o días puntuales, y los niños hacen muestras; puede haber clases abiertas en las que intervienen padres, abuelos, vecinos.

Mariela Echegaray: -Es una muestra de toda la tecnología con la que trabajan en la mañana y en la tarde; está toda la escuela.

¿Cómo notan el cambio en la educación a partir de la tecnología?

ME: -Cuando recibí mi primera XO era maestra de quinto año; la abrimos todos y aprendí con ellos. Hay que adaptarse al cambio.

VD: -Yo todavía era maestra cuando llegó el Plan Ceibal; además, también era maestra de Informática. Empecé siendo maestra y programadora, en 1988. Mi otro trabajo tuvo que ver con eso, y cuando llegó el Plan Ceibal se me hizo más fácil, pero a muchos compañeros se les dificultó muchísimo. No es una época de cambios: es un cambio de época. O la escuela se aggiorna y acompañamos, o quedamos en una situación que se volverá más difícil a medida que pase el tiempo. Las generaciones más jóvenes no tienen miedo, se arriesgan, son curiosas; el docente -esto es algo que se discute hace tiempo- ya dejó de ser la única fuente de conocimiento, el que dirige toda la situación. Tenemos que ponernos del otro lado, también, y aceptar que hay cosas que no sabemos, y es probable que mi alumno aprenda a manejar más rápido el programa que yo, a pesar de que nunca vas a perder tu capacidad didáctica o pedagógica. Y siempre digo esto: no hay cosa más tierna y con más paciencia para enseñar que un niño.

A casi diez años de la llegada del Plan Ceibal, ¿qué análisis hacen de la inclusión de esa herramienta en la educación?

ME: -Es un instrumento más a disposición; los niños están en una época zapping: están con el celular, la computadora, la televisión y, a la vez, te atienden. Con respecto a los portales educativos, son muy interesantes. Por ejemplo, las escuelas especiales se están terminando, o hay menos, y muchos niños con TEA [Trastorno del Espectro Autista] se comunican contigo por medio de la computadora, con trabajos especiales.

VD: -Los niños con TEA tienen capacidades superiores. Fui a ver una clase, y es impresionante. La tecnología dentro de la educación tiene dos focos que utilizar: como recurso y como objeto de estudio en sí mismo. Todavía se está trabajando desde el lado del recurso, falta el camino, que se está dando poco a poco, para que sea un objeto de estudio. La programación entró en las escuelas; para mí, el Plan Ceibal nos vino a dar una movida de piso: tuvimos que rever nuestros métodos de enseñanza y aprendizaje. Por ejemplo, algo tan básico como el uso de la conexión para el trabajo colaborativo, y que instantáneamente los chicos de quinto puedan ver qué están haciendo los de sexto gracias a un aula virtual; cómo comentar, cómo opinar del trabajo del otro, los foros.