“El elemento fundamental que llevó al país a cambiar el horario ya no está presente”, señaló Vázquez ayer antes del Consejo de Ministros abierto en La Coronilla, cuando confirmó que este año -tal como en el anterior- no se ajustará una hora en el horario “de verano”.
El mandatario indicó que cuando se instaló el cambio de horario fue “para ahorrar energía”, porque en Uruguay la energía eléctrica se producía en centrales hidroeléctricas o con petróleo, que “costaba muy caro”. Por este motivo y gracias al “cambio de hora”, el país llegó a ahorrar entre ocho y diez millones de dólares, pero Vázquez afirmó que la última vez que se aplicó, en 2014, el ahorro apenas llegó a los 300.000 dólares.
Por otro lado, consideró que jugó a favor de la decisión final el hecho de que Argentina y Brasil mantuvieran el horario actual, y también que el cambio les implica a las compañías de aviación internacionales una reprogramación de sus vuelos, “lo que lleva un tiempo importante e inconvenientes”.
“Yo sé que esto va a dejar a algunos contentos y a otros descontentos, y que si hubiéramos tomado la medida al revés también pasaba lo mismo -afirmó-, pero hemos estudiado a fondo el tema, lo hemos evaluado y hemos tomado la decisión con la seguridad de que, creo, es la medida correcta en este momento”.
Quien lo consideró “una decisión acertada” fue, entre otros, el presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo (Camtur) y de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Uruguay, Juan Martínez, quien argumentó que el cambio de horario “agrega un turno” a los servicios gastronómicos y de comercio que “empiezan a funcionar a las 20.30 y no a las 21.30-22.30, como cuando anochece más tarde”. “La gente cambia playa por consumo y eso le rinde al sector, porque aumenta el nivel de ventas, pero también al gobierno, porque incrementa la recaudación fiscal que puede redistribuir luego y el empleo, vital para el funcionamiento de la economía”, explicó Martínez, quien consideró que cuenta tanto con “el apoyo de la ministra [de Industria, Energía y Minería, Carolina] Cosse, como de la Dirección General Impositiva”.
También el director de Turismo de Maldonado, Luis Borsari, festejó su “alineación con el presidente” después de que “hicimos todo lo posible para que se aprobara”. El ex presidente de la Camtur dijo estar “convencido de que es lo mejor, no sólo para el sector sino también para todo el país, ya que el turismo es una de las actividades que más derraman divisas; y, teniendo en cuenta que ya no hay emergencia energética, no hay dudas de que esto es lo que queremos”.
Por su parte, el presidente de la Cámara de la Industria Hotelera Turística del Uruguay, Remo Monzeglio, dijo que “en el caso de los restaurantes es obvio que les conviene mucho más”, aunque opinó que el gobierno “tiene que hacer lo que sea mejor para el país, más allá del lobby que se pueda hacer desde los perjudicados o beneficiados”.
La ministra de Turismo, Liliam Kechichián, consideró que “hay varios factores en juego”. Dijo que el aumento de 25% registrado en la facturación del sector gastronómico en la temporada pasada podría obedecer en mayor medida al aumento de turistas, ya que los datos se comparan con 2014, que fue un año “relativamente malo”. Consultado al respecto, Martínez sostuvo que “el incremento de turistas fue de apenas 10%, entonces tiene que haber otros factores que impliquen el aumento de 25%; no sabemos si fue el cambio de hora, pero sin dudas que resultó favorable”.
Más allá de esto, Kechichian también opinó que, “si bien el ahorro energético al día de hoy no es demasiado” por la reconversión de la matriz energética, le “hubiera gustado dar una señal en este sentido”.
En tanto, la directora de Turismo de la Intendencia de Rocha, Ana Claudia Caram, dijo que “no tiene una posición tomada de cuál es la mejor opción”, aunque consideró que “el cambio de horario beneficia a las personas porque, al haber más horas de sol, se pueden quedar a disfrutarlas en la playa o en espacios abiertos, mientras que en el caso contrario, los que se benefician son los operadores turísticos”.
En cuanto a la población, una encuesta de la Dirección Nacional de Energía de 2013 indicaba que 70% de la población estaba de acuerdo con adelantar la hora.