Tras más de nueve horas de negociación en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) el viernes, el Sindicato de Obreros de la Caña de Azúcar (SOCA) y directivos de la empresa Alcoholes del Uruguay (Alur) llegaron a un preacuerdo sobre un nuevo convenio colectivo, que deja atrás los ajustes bimensuales rechazados por el presidente Tabaré Vázquez y el directorio de ANCAP.
Según explicó a la diaria el dirigente del PIT-CNT Ricardo Cajigas, la negociación “salió muy bien”. En general, los contenidos del convenio se mantuvieron, e incluso en algunos puntos se mejoró: por ejemplo, se mantuvo el sobresueldo de 70% a quienes trabajen los domingos, la prima por presentismo aumentó 2%, la nocturnidad se empezará a aplicar según lo determina la ley (lo que implica un leve aumento en la hora nocturna) y la duración del convenio pasó de ser anual a ser de 18 meses. La modificación más importante fue la periodicidad de los ajustes salariales. En el anterior preacuerdo eran bimensuales y se aplicaban en función del Índice de Precios al Consumo (IPC), pero en el que hoy se presentará a la asamblea serán semestrales y con aumentos que dejan a los trabajadores entre las pautas establecidas para los sectores medios y en problemas, y al final del convenio se suma un correctivo por IPC. En base a los cálculos del Instituto Cuesta Duarte, Cajigas opinó que el preacuerdo garantiza que se mantendrá el salario real y mencionó que incluso, si la inflación es baja, puede llegar a haber un punto de recuperación.
El directorio de ANCAP había rechazado el preacuerdo anterior, negociado entre el SOCA y el anterior gerente general de Alur, Manuel González, porque incluía ajustes bimensuales, lo que iba en contra de los lineamientos del gobierno para la negociación colectiva. “Considerando que los preacuerdos firmados no se adecuan a la situación del Grupo ANCAP ni del País en general y no tienen en consideración las pautas salariales establecidas por el Poder Ejecutivo, se resolvió no ratificarlos”, explicaba en un comunicado el jueves el directorio de ANCAP. Ese mismo día el directorio resolvió remover de su cargo a González y nombrar de forma interina a Victoria Hernández, actual gerenta comercial y de distribución de la empresa. El hecho motivó la molestia del senador de Compromiso Frenteamplista Leonardo de León, ex director de Alur, quien dijo a La República que la destitución de González era “lamentable”. El Observador había informado además que González tenía un sueldo de 438.752 pesos y que, al igual que varios gerentes de la empresa, también le correspondían los ajustes bimensuales.
El viernes, además de representantes del SOCA y de Alur, estuvieron en la negociación el vicepresidente de ANCAP y presidente de Alur, Juan Carlos Herrera, y jerarcas del Ministerio de Industria, Energía y Minería. Mañana, en una sesión extraordinaria, el directorio de ANCAP discutirá la ratificación del preacuerdo.
“Vamos a ver qué responde la asamblea”, dijo Ruben Couto, dirigente del SOCA, sobre la postura de los trabajadores. Couto valoró que “lo importante es que no se pierde salario”. Por otra parte, el dirigente sindical destacó que en la reunión que tuvieron el jueves con la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, la jerarca se comprometió a conformar un ámbito de trabajo en el que conversar sobre distintos temas de gestión de la empresa. “Nosotros no queremos decirle ni a la gerencia ni a nadie cómo manejar la empresa; simplemente queremos preservar nuestra fuente de trabajo, porque Bella Unión depende de Alur, y si llegara a cerrar sería un caos”, explicó Couto, que añadió que ahora “se ve un cambio, pero no queremos que siga siendo un agujero sin fondo”. Actualmente hay 520 trabajadores en la plantilla de Alur, 515 de Bella Unión y 15 de Montevideo. Los trabajadores habían pedido la información sobre los sueldos gerenciales, y también quieren discutir las contrataciones a empresas tercerizadas: “Hay trabajos que perfectamente se podrían hacer con gente de la empresa o con gente de Bella Unión”, planteó Couto.