Ayer de madrugada, la ciudad de Carmelo se vio azotada por vientos de hasta 100 kilómetros por hora que provocaron varios destrozos y motivaron 25 intervenciones de los bomberos. Un vocero de la Dirección Nacional de Bomberos reconoció que entre los efectivos “se extraña un poco la época en la que la principal labor de un bombero era apagar el fuego. Y encima es para intervenir por lluvias. En fin, obviamente, acá uno tiene que estar preparado para todo, pero si alguien elige apagar llamas como forma de vida y termina luchando contra vientos e inundaciones, bueno, es un poco frustrante”. Según una encuesta publicada el jueves, muchos uruguayos temen que en 2017 se repitan episodios de vientos extremos como los que se registraron durante 2016 en Dolores, San Carlos y Montevideo. De hecho, una gran cantidad de los encuestados reconoció que quiere mudarse a otro lugar del territorio nacional en el que el clima sea menos inclemente. “Yo ahora me voy de vacaciones y estoy viendo la posibilidad de irme un par de semanitas a la Base Artigas de la Antártida, porque me dijeron que ahí hace frío, pero por lo menos sopla un poco menos de viento. Además, al no haber árboles, el riesgo de que se te caiga uno en la cabeza es nulo; eso es más que lo que puedo decir de Las Toscas, que es a donde voy todos los años”, aseguró uno de los encuestados. Desde las Fuerzas Armadas reconocieron que existe un plan para llevar civiles a la Base Artigas, aunque no serían ciudadanos que quieren mudarse allí. Un vocero de la institución explicó que se está trabajando en un programa mediante el cual los meteorólogos que se equivoquen en sus pronósticos serán trasladado al continente helado. “Es parte de nuestra estrategia para mejorar el relacionamiento con la ciudadanía. Si nos quedamos con los meteorólogos, les hacemos sufrir en carne propia las inclemencias del tiempo, y hasta los ponemos a hacer un poco de trabajos forzados, nos vamos a granjear la simpatía de mucha gente”, explicó el funcionario castrense.