“Incertidumbre” es la palabra que más utilizaron las autoridades del gobierno uruguayo para definir sus expectativas ante el cambio de mando que se concretará hoy en Estados Unidos. En la ceremonia de asunción de Donald Trump estará presente el embajador de Uruguay en ese país, Carlos Gianelli, porque en Estados Unidos se estila invitar a los cuerpos diplomáticos de cada país y no a los presidentes. Edgardo Novick, líder del Partido de la Gente, será el único dirigente político uruguayo presente en el Congreso estadounidense.

En sus últimas declaraciones públicas antes de partir rumbo a la Antártida, el canciller Rodolfo Nin Novoa se mostró optimista ante el cambio de gobierno y consideró que Uruguay podría beneficiarse de una eventual disputa política entre Estados Unidos y China, en referencia al discurso confrontativo que ha tenido Trump hacia ese país, fundamentalmente en temas comerciales. La semana pasada, el subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, José Luis Cancela, dijo a El Espectador que las relaciones bilaterales con Estados Unidos no se verán afectadas incluso si este país adopta un enfoque proteccionista en materia comercial como el anunciado por Trump. “Pensamos que no afectaría en particular el vínculo con Uruguay, sí probablemente con otros países y regiones. Los productos que nosotros exportamos a Estados Unidos no parecen ser los afectados por una política de este tipo”, evaluó. Cancela incluso pronosticó que se “intensificarán” las relaciones con Estados Unidos.

El embajador Gianelli coincidió con Cancela en que las políticas proteccionistas que anuncia Trump no afectarán a Uruguay. En entrevista con la diaria el 10 de enero, dijo también que personalmente conoce a muchos de los mandos medios que se manejan como posibles integrantes del gobierno de Trump, porque participaron en el gobierno de George Bush. Recordó que Elaine Chao, la nueva secretaria del Departamento de Transporte, fue secretaria de Trabajo durante la administración Bush, conoce al presidente Tabaré Vázquez y se ha reunido varias veces con él.

Aperturas

Gianelli también sostuvo en la entrevista que la voluntad del hasta hoy presidente estadounidense, Barack Obama, de enfocarse en los megaacuerdos, del estilo del Tratado Transpacífico (TPP), “debilitó un poco” las negociaciones bilaterales con Uruguay. No obstante, durante la era Obama Uruguay logró dos hitos importantes en materia comercial: un acuerdo en materia de exportaciones de cítricos -que determinó que Estados Unidos fuera el primer destino de las exportaciones de cítricos uruguayas en 2015, según datos de Uruguay XXI- y el ingreso de la carne ovina sin hueso. Ambos logros se produjeron cuando encabezaba la embajada de Estados Unidos Julissa Reynoso, quien estuvo al frente de la sede diplomática entre 2012 y 2014.

Además, el balance comercial de la era Obama en términos bilaterales parece beneficioso para Uruguay. En 2005, Estados Unidos había llegado a ser el primer destino de las exportaciones uruguayas. Luego registró una caída hasta 2008, y durante los ocho años de gobierno de Obama las exportaciones uruguayas a ese país crecieron en forma casi ininterrumpida (ver gráfico). Este crecimiento acompañó un crecimiento general de las exportaciones uruguayas en monto, pero al mismo tiempo Estados Unidos volvió a convertirse en un socio comercial de importancia para Uruguay. Su participación en las exportaciones uruguayas creció de 3% en 2009-2010 a 7%-6% en 2015 y 2016, respectivamente. Pasó de ser el sexto destino de las exportaciones uruguayas en 2009 a ocupar el cuarto lugar en 2016 (ver gráfico).

Los principales productos que exportó Uruguay a Estados Unidos en 2015 fueron carne bovina, celulosa y cuero, mientras que importó mayormente insumos para energía eólica, teléfonos y plásticos.

Por otra parte, Estados Unidos representa 4,4% de la inversión extranjera directa que recibe Uruguay, según datos de Uruguay XXI de 2014. En Uruguay operan más de 200 empresas con capital estadounidense, fundamentalmente del sector servicios; el embajador Gianelli consideró poco probable que estas se relocalicen.

Uno de los desafíos que tiene Uruguay por delante durante el gobierno de Trump, según dijo Gianelli a la diaria, es buscar la manera de compensar la exclusión de Uruguay del Sistema Generalizado de Preferencias, mecanismo que otorgaba al país ventajas arancelarias. Desde el 1º de enero de este año Uruguay ya no cuenta con este beneficio.

Las negociaciones entre ambos países tienen lugar en el ámbito del TIFA (Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones, por sus siglas en inglés). Y teniendo en cuenta el discurso de Trump contrario a los acuerdos de libre comercio, parece poco probable que este ámbito se amplíe y se reabra la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio bilateral, al menos en sus formatos clásicos.