El 5 de enero murió un niño de dos años en el hospital de Salto. Ayer el equipo de dirección emitió un comunicado que explica que no ha hecho declaraciones porque el caso está siendo investigado por la Justicia. El equipo transmitió las condolencias a los padres, respaldó el accionar del personal de la emergencia del hospital y aclaró que se aguarda el fin de la investigación judicial y de otra interna.

En diálogo con la diaria, Juan Pablo Salisbury, subdirector del hospital, relató que el niño ingresó el 4 de enero a la emergencia, donde recibió una atención “habitual, sin demoras”, y que “se le diagnosticó un cuadro de infección respiratoria, de neumopatía aguda”. Sobre las 21.30 fue internado en la sala de pediatría “con los exámenes habituales que se hacen en este tipo de situaciones y el tratamiento adecuado” y “fue valorado varias veces por la enfermera del turno”. Pero a las 4.00 la madre avisó que el niño no respiraba y se constató un paro cardiorrespiratorio. Salisbury dijo que se trataba de un niño “con una patología crónica de base, un síndrome de Down”, que predispone a infecciones respiratorias. De todos modos, señaló que el cuadro se presentó “bastante rutinario” y que “fue una muerte absolutamente inesperada”. Las autoridades del hospital aguardan el resultado de la autopsia que dictaminó la Justicia.

El comunicado condena “cualquier tipo de violencia” hacia el personal de la salud. Salisbury señaló, además, que “en el trato cotidiano hay mucha situación de inseguridad” ante diagnósticos y tratamientos propuestos por los médicos. Reafirmó que los médicos están capacitados y que la asistencia se cumple conforme a las pautas nacionales.