De acuerdo a lo señalado por Karina Bidaseca, directora del programa Poscolonialidad, Pensamiento Fronterizo y Transfronterizo en los Estudios Feministas, del Instituto de Altos Estudios Sociales (Idaes), de la Universidad Nacional de San Martín, “[e]l feminismo poscolonial procura ser situado en el Tercer Mundo o Sur. Por supuesto, ‘Tercer Mundo’, ‘Sur’, ‘Occidente’, ‘Oriente’ no son entidades monolíticas, hay un Tercer Mundo que excede a Occidente, es decir, se ubica por dentro y por fuera de Occidente. Sabemos a partir de Edward Said, en su gran obra Orientalismo, que la relación entre Occidente y Oriente es una relación de poder, y de complicada dominación, cuánto están implicados y cuánto son cómplices ‘Oriente’ y ‘Occidente’ en las fantasías y sueños de dominación de uno por el otro, y viceversa. La crítica poscolonial interpreta la historia desde otro lugar, y asimismo revisa las profundas implicancias políticas de la academia occidental en la construcción de otredades, en la que provocativamente ubicó analógicamente al feminismo como imperialismo, inspirada en Said. De este modo, nuestras producciones anticipan el diálogo con autoras del Sur cuyos lugares de enunciación se ubican en diferentes sitios”.
En octubre de 2010, en torno a la consigna “Descolonizando el feminismo occidental desde y en América Latina”, se desarrolló un encuentro en el Idaes en el que participaron activistas y académicas de Brasil, Colombia, Puerto Rico, México y Argentina. En una apuesta por “construir conocimiento situado por la producción de una Epistemología Feminista Latinoamericana”, se sistematizaron las ponencias de aquella jornada, lo que dio lugar a la obra colectiva Feminismos y poscolonialidad. Descolonizando el feminismo desde y en América Latina (2011). En esta obra se reúne el pensamiento de las principales referentes del feminismo poscolonial en nuestro continente, como Rita Segato, Ochy Curiel, Bidaseca, Liliana Ancalao, Moira Millán, Maribel Núñez, Karsi Yari Rodríguez, Carolina Gómez Fonseca, Yuderkys Espinosa Miñoso y Rosario Castelli, entre otras.
“Si algo comparten los estudios feministas y los estudios de la colonialidad es su cuestionamiento político a la epistemología occidental de producción de conocimiento, reivindicando los saberes de los cuerpos, identidades y culturas marginalizados por el universalismo. [...] de este modo la crítica a la colonialidad discursiva de los feminismos hegemónicos en el tercer mundo o Sur que surgió desde hace ya unas décadas, particularmente en América Latina, no sólo debe ocuparse de observar los mecanismos orientalistas de la fijación ontológica de identidades, sino también de la colonización autoimpuesta en los estudios feministas latinoamericanos; sin más la relación de ambivalencia entre colonizador/colonizada. En otras palabras, el proceso antropofágico por donde asolan las políticas de representación de las mujeres subalternas” (Bidaseca, Vázquez Laba y Espinosa Miñoso, en Feminismos y poscolonialidad. Descolonizando el feminismo desde y en América Latina).