La fiesta Corona Sunset, que se hizo el viernes y según la organización convocó a unas 3.500 personas en el balneario Buenos Aires de Maldonado, despertó polémica porque se organizó y llevó a cabo a pesar de la oposición de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama). Tal como publicó la diaria el mismo viernes, la Dinama había intimado al “cese inmediato” del armado de la megafiesta, ya que, según dice la resolución a la que se accedió, los organizadores estaban armando las estructuras sin autorización. Se les había denegado la solicitud, por entender que generarían un “efecto perjudicial a la configuración y estructura de la costa”.

La Intendencia Departamental de Maldonado (IDM) recibió la notificación el jueves 5 de enero. Según dijo a la diaria la directora de Medio Ambiente de Maldonado, Betty Molina, “la IDM va a defender que se tomaron todos los recaudos ambientales que se podía llegar a tomar para un evento de estas características. No le faltó nada; es más, se comprobaron todos los aspectos de limpieza y se realizaron todos los controles que se podían hacer”. La jerarca explicó que los organizadores “habían hecho el trámite online y creyeron que eso era suficiente”, y cuando la IDM solicitó el número de expediente y no lo tenían, “se dieron cuenta de que en realidad no habían hecho el trámite en la Dinama y, por lo tanto, lo tenían que hacer”. Molina afirmó que no estaban al tanto de que la autorización ambiental previa había sido negada, aunque habían tenido contacto con la Dinama antes: “Estuvimos hablando de lo que les parecía a ellos la fiesta y lo que nos parecía a nosotros, pero todo había sido de forma verbal”, dijo.

La primera resolución “que nosotros conocemos es de diciembre y dice que hubo una inspección en la que encuentran maquinaria que no habían autorizado, y piden que se regularice; la segunda es la del 5 de enero, que dice que no pueden seguir armando”. Molina sostuvo que, una vez recibida la notificación, suspendieron el ingreso de maquinaria, pero en ese momento los organizadores ya habían terminado de armarla: “Ahora exigimos un plan de ingreso de maquinaria para el desarme, y la Dinama tendrá que contestar en función de lo que estuvo viendo. Estamos esperando que la Dinama diga cuándo pueden ingresar con maquinaria para sacar los materiales”.

Alejandro Nario, director nacional de Medio Ambiente, dijo a la diaria que el informe final de la Dinama saldrá entre hoy y mañana. Ayer, las autoridades de ese organismo y de la IDM recorrieron el lugar. Nario explicó que durante la recorrida “se encontró un montón de evidencia y se comprobó que hubo afectación” y que esta está “asociada al uso intensivo del suelo”. Según Nario, es visible que hubo acceso de maquinaria, cortes del cordón dunar, aplastamiento de vegetación, algo que “le agrega más vulnerabilidad a un ecosistema muy sensible”.

En cambio, Molina dijo que lo que se pudo encontrar fueron “algunas colillas de cigarrillos que se terminarán de sacar”, pero “no se encontraron otras cosas, salvo botellas de vodka y ese tipo de cosas, que no corresponden a la fiesta”. Durante la inspección, según Molina, “básicamente conversamos de que tenemos que empezar a planificar, elegir los lugares donde se puede hacer este tipo de eventos de forma conjunta”. El objetivo, dijo, es “evitar estos malentendidos, que siempre van a perjudicar a alguien, en este caso a la empresa que organizó, que va a tener que pagar una multa”.

Con respecto a la multa, es un hecho que deberán pagarla. Nario dijo que el monto aún no está definido, pero será “importante”, de “varios miles de dólares”. Además, los organizadores “van a tener que hacer acciones de restauración” y “no pueden desmontar hasta que les enviemos las recomendaciones para evitar seguir dañando” el lugar.

Las responsabilidades del resto de las instituciones, así como las posibles sanciones, están siendo evaluadas por la División Jurídica de la Dinama. Molina expresó que “sobre eso no tenemos nada para opinar. Si ellos quieren poner condiciones, a nosotros no nos parece mal; sí nos parece, no obstante, que hay que tratar con mucha celeridad los trámites en estos casos, porque cuando la gente arma una fiesta y llega acá con las instalaciones necesita una respuesta en 48 o 72 horas para empezar a armar. Generalmente las instalaciones no llegan meses antes, sino unos días antes”. Agregó: “A nosotros como intendencia la fiesta nos interesa; queremos que la gente venga, se divierta y disfrute de Punta del Este. Esto sirve para promocionar el balneario. Pero también nos interesa preservar el espacio costero” y, “con el intendente a la cabeza”, defender “lo que significa para Punta del Este un evento de esta naturaleza”, que es un evento internacional “de esos que realmente queremos tener en el balneario”.