La negociación entre el Mercosur y la Unión Europea para la firma de un acuerdo de libre comercio es un tema prioritario para todos los países que asumen la presidencia pro témpore del Mercosur. Sin embargo, semestre tras semestre, los avances logrados en las conversaciones son mínimos. El año pasado, los dos bloques intercambiaron ofertas y quedó en claro que hay posiciones muy distantes en algunos temas, como la apertura del mercado europeo a los productos agrícolas. Luego del intercambio, no hubo mayores novedades. En febrero habrá una reunión técnica en Bruselas y para marzo está prevista una reunión política de ambos bloques en Buenos Aires.

En cambio, el Mercosur logró avanzar en las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio con cuatro países de Europa que conforman la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por su sigla en inglés): Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Durante 2015 y 2016 se llevó adelante un “diálogo exploratorio” entre ambos bloques, y tras una reunión que tuvo lugar el jueves en Suiza, se anunció el fin de esa etapa y el comienzo de negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio. “Firmamos un auspicioso acuerdo Mercosur-EFTA”, destacó en Twitter Susana Malcorra, la canciller de Argentina, país en ejercicio de la presidencia pro témpore del Mercosur.

Según un comunicado difundido por EFTA, los representantes de ambos bloques firmaron una declaración conjunta en la que destacan la “exitosa conclusión del diálogo exploratorio”. Se comprometen, al mismo tiempo, a concluir sus procedimientos internos “rápidamente”, de forma de conseguir los mandatos necesarios para iniciar las negociaciones de cara a la firma de un acuerdo de libre comercio. En un comunicado, la cancillería uruguaya recordó que el Consejo del Mercado Común del Mercosur ya autorizó al bloque a iniciar las negociaciones con EFTA.

EFTA exporta al Mercosur mayormente productos farmacéuticos, químicos y maquinaria, mientras que el Mercosur exporta a esos países piedras y metales preciosos, químicos inorgánicos, y café, té y especias, según datos de EFTA.