-Qué bueno que me llamaste, Nahuel, tenía ganas de verte. Hace mil que ni hablábamos.

-Por Facebook hablamos.

-Es verdad, somos fans recíprocos. Vos tenés cada mostra...

-Eh… alguna, sí. Viste cómo son las minitas y las amigas de Mili son de ese tipo, pero lo bueno es que en persona no me las fumo más.

-¿Y cómo hacés? ¿Les prohibiste la entrada? Qué le vas a prohibir... Mili no te dejaría nunca.

-No, la dejé yo.

-Me muero muerta ¿Te separaste? ¡¿Cómo que la dejaste?! ¿Y cómo estás? ¡Contame ya!

-Me fui con mi primo pero mañana me traen el colchón que compré y ahí ya me mudo al depto que alquilé. Estoy bien, pasó algo muy raro y creo que todavía no caí del todo.

-Bueno, si no me querés contar, todo bien, pero contame, ¡contame!

-Ya veníamos medio mal, no sé, ya no era lo mismo, viste... Y hace un mes fui con los pibes a pescar a Chascomús pero a uno le dio cagadera, y una cosa son ganas de cagar y otra es cagadera. Así que fue llegar y volver, parando en cada estación de servicio de Chascomús a Puerto Madero. Llegué a casa a eso de las tres de la tarde. Cuando estaba entrando, escuché un portazo.

-¡Hace un mes! Me jodés que recién hoy me estás contando.

-Me acerqué a la puerta del baño y le pregunté a Mili si estaba bien y no contestaba. Me asusté, pensé que le había pasado algo y empecé a golpear la puerta, a tratar de abrirla a patadas. Entonces habló, me pidió que esperara un minuto. Abrió la puerta llorando, muy colorada y transpirada. La abracé, le pregunté qué le había pasado. No dejaba de llorar. Ahí me di cuenta de que estaba vestida de negro y no es habitual en Mili. Pensé que había muerto alguien y me vino una cosa al cuerpo que me fui a sentar. Ahí lo vi.

-¡Había un chongo!

-¿Qué chongo, Maxi? No, Mili estaba vestida de varón.

-¿Qué significa de varón?

-Tenía puesto un traje de hombre.

-Eso no es malo. Una vez me vestí de monja porno y fui furor.

-Ella dice que no, ¿pero mirá si es torta?

-¡Ay, Nahuel, no seas pacato! ¿Por vestirse de hombre? Torta es si sólo le gusta con mujeres. Yo soy puto y no me visto de concha, no te hacía tan prejuicioso. ¿Y por eso la dejaste?

-No es por eso, pienso que puede ser torta porque tenía una pija en la mano y no era un consolador, no. Era como una prótesis, tenía unas tiras como para... no sé, no puedo explicar lo que no entiendo.

-¡Cinturonga! ¡Mirala a Mili, una cinturonga! ¡Alta mostra!

-¿Qué?

-Una poronga cinturón, Nahuel. ¡Qué momento! ¿Y qué le dijiste, qué pasó?

-Le pregunté cómo, cuándo y con quién usaba eso. Dijo que con nadie, que desde chica pasa por etapas en las que quiere ser varón. Que no le gustan las mujeres, que sólo se pregunta cómo sería cojerse a alguien, tener pija. Yo qué sé, me quiero morir… ¡Pija! ¿Estamos todos locos? Dice que a veces, estando sola, se viste de varón, se pone la... cinturonga esa, y juega a ser varón. Eso, un juego. Como el solitario dijo que es.

-¡Ja! El solitario ¡Una genia! Y no le creíste... Ojo, capaz que es verdad.

-Le creo pero no está bien.

-Te acepto que es un poquito rara, ¿pero vos la querés o no?

-Sí, a la Mili que es mujer la amo, pero a esta que a veces quiere ser hombre no la conozco y no quiero conocerla.

-¡Pero si es la misma, es una sola! Tenés miedo de que quiera usar la cinturonga con vos, ¿no?

-...

-Nahuel.

-No lo había pensado así. Mi miedo es que la quiera usar y me termine dejando por una mina o por un puto freak, pero la verdad, ahora que lo decís... ¿Te imaginás? No puedo vivir con el culo en la pared ni quiero tener ese tipo de conversaciones.

-No te preocupes por eso. Hasta ahora te podía dejar por cualquier gil y vos pescando en Chascomús. Además, mirá que te puede gustar... Soy un convencido de que hay que probar todo.

-Pero ¿qué te pasa, Maxi, si nunca quisiste a Mili? ¿Por qué me hablás así? Al final, como decís vos, sos una mostra.

-Obvio que soy una mostra y que ahora me gusta Mili. Más por lo bien guardado que se lo tenía. Nunca hubiera imaginado un dark side de ese tipo. La amo, ¡qué mostra!

-Me voy.

-No, pará, Nahuel, no te enojes. ¡Qué cosa los chongos, qué susceptibilidad! Las conchas son jodidas pero ustedes no se bancan una. Aunque nunca me sentiría así, vivo en este mundo, puedo entender lo que sentís. ¡Pero hay opciones, che! Un trío, por ejemplo: una chica más y se la cojen los dos. No está mal, ¿no? Le puedo decir a una amiga a la que le encantaría y es un fuego. ¡Pará, Nahuel! No te vayas, hablemos de otra cosa, ¿cómo va San Lorenzo?

-Soy de Lanús. Chau.