En su primera videocolumna de 2017 del ciclo Conciencia Sur, emitido por Deutsche Welle, el ex presidente José Mujica se refirió a la desnutrición infantil. Mujica comenzó con un saludo por el año nuevo: “Mi corazón hace desear felicidad en el año que comienza, mi cerebro tiene resquemores, dudas, por la incertidumbre que nos rodea. Ojalá que mi corazón tenga más visión que mi cerebro”. “Deberíamos no ignorar lo que va descubriendo inapelablemente la ciencia en materia de ciencias biológicas. Porque hoy sabemos que la herida neurológica que sufre un niño que se cría desde el vientre con carencias, esa herida [...] si no se cubre en los tres, cuatro primeros años de la vida, es irreparable e impone un signo de desigualdad para toda la vida”, dijo para introducirse en el tema, y agregó que “puede haber 200 gramos de diferencia de peso” entre un niño “bien atendido” y “un niño criado con carencias”. “Este es el signo de todo el mundo pobre: de África, de parte de América Latina, de Asia, y eso refluye inevitablemente en una acumulación infinita de problemas educativos, violencia y migración, y desencuentro, falta de integración de las sociedades. Pero el mundo rico, en el cual se está multiplicando crecientemente la productividad por el impacto tecnológico, no puede superar su egoísmo y ver que a él mismo lo que más le conviene es socorrer a los niños pobres del mundo pobre a tiempo, para evitar problemas del futuro. Pero claro, los niños no votan, estas cosas no son de corto plazo, y prefieren perderse en un chovinismo nacionalista contrahistórico, cuando las fuerzas inevitables que está desatando la ciencia obligan a pensar en todo el planeta”, expresó el ex mandatario. Luego, subiendo el tono, agregó que “por desgracia” esto no es una “preocupación” de las multinacionales, y por eso “debe ser preocupación política de los gobiernos centrales”, pero estos “no pueden superar su corto plazo, su visión egoísta” y, entonces, “terminamos en sociedades donde se inventan autos de tres o cuatro millones de dólares, llaves de auto de 35.000 dólares, botellas de vino de 5.000 dólares, y no podemos socorrer a los niños pobres del mundo”. “Hago votos por la esperanza, contra el egoísmo, y espero que podamos dar un paso civilizatorio”, concluyó Mujica.