La noticia que dio a conocer ayer la diaria de que el titular del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, accedió a un préstamo que autorizó su propia cartera por 180.000 dólares, por intermedio del fondo arrocero, hizo ruido en el sistema político, al punto de que el diputado colorado Fernando Amado pidió la renuncia del jerarca. Pero el grueso de las críticas no versó sobre la legalidad del préstamo, sino sobre la ética del ministro. En la red social Twitter, el diputado se preguntó dónde quedó la “ética del gobernante”. “El jerarca hace política o renuncia y se dedica a sus negocios. ¡La advertencia sobre [Edgardo] Novick es esta misma!”, escribió. Amado se preguntó luego si el Frente Amplio (FA) permite “este tipo de prácticas de sus máximos jerarcas”: “Beneficiar negocios personales con decisiones de su propia cartera”. Finalmente dijo que, de confirmarse la información, “el ministro debería renunciar para evitar que el presidente [Tabaré] Vázquez lo cese en sus funciones”.

Otro que reaccionó fue el también diputado colorado Tabaré Viera, quien dijo esperar un “desmentido” de la noticia sobre “el préstamo del fondo arrocero al propio ministro”. En tanto, el senador colorado Pedro Bordaberry sostuvo, también en Twitter, que Aguerre “tiene derecho” a acceder al préstamo “si no interviene en el proceso”. Sin embargo, se preguntó: “¿Qué diría el FA si [Aguerre] fuera colorado?”.

El nacionalista Jorge Gandini, por su parte, dijo que “Aguerre ha sido un buen ministro”, pero “por eso no debió usar ese beneficio... o [debió] dejar el ministerio antes”.

En cambio, el diputado frenteamplista Alfredo Asti, del Frente Liber Seregni, defendió al ministro y dijo que no se trata de un “préstamo”, sino de “la cuarta renovación del fondo arrocero, que involucra a cientos de productores según criterios legales”. En diálogo con la diaria, Asti reivindicó que el crédito “les corresponde a todos los productores arroceros que reúnan ciertas condiciones, y uno de ellos es el ministro”. También descartó que hubiera “conflicto de intereses”, debido a que Aguerre no fue quien creó el fondo. “Él es uno más de cientos. Es un fondo que adelanta el Banco República y lo pagan los productores en base a las exportaciones que van haciendo”, aseguró.

El fondo arrocero existe desde 2003 y es un crédito destinado a aquellos productores de arroz que participan en la producción y exportación de ese grano, de forma directa o indirecta, durante dos de las últimas tres zafras, o que hayan cultivado en la última zafra y planeen continuar haciéndolo. En ambos casos tienen que demostrar continuidad. Los productores pagan el fondo mediante una retención sobre su producción, que puede ascender hasta 5% (3% en este caso) del valor free on board del total de las exportaciones de arroz en cualquier grado de elaboración. Este depósito es imprescindible para que se puedan llevar a cabo las exportaciones.

Según establece la normativa, el MGAP, que encabeza el propio Aguerre, tiene un gran poder sobre el fondo: además de aprobar la lista de productores que cumplen con las condiciones para ingresar al fondo, también controla que se cumplan los objetivos de esta herramienta, e incluso debe sancionar a los productores que no paguen correctamente las retenciones.