Los días pasan y la empresa Fanapel no parece salir a flote. “Sin novedades”, dijo Marcelo Olaverry, presidente del sindicato de la empresa, el Centro Unión Obreros Papeleros y Celulosa (CUOPYC), tras una nueva reunión tripartita el viernes, en la que volvieron a participar integrantes de los ministerios de Industria, Energía y Minería, y de Economía y Finanzas.
Luego de haber estudiado los números de la empresa por intermedio de una comisión técnica interministerial, en el Ejecutivo se agudizó la preocupación por este sector productivo. “Este va a ser un tema un poco más largo de lo que uno quisiera. No estamos frente a un problema de rápida solución. Se trata de algo complejo, estructural, que tiene que ver con la industria del papel toda, los precios internacionales y la inserción de la industria en la región”, resumió el director nacional de Trabajo, Juan Castillo. Según dijo, los datos de la empresa “no hicieron más que confirmar las dificultades que tiene este sector”, y dejan entrever lo “complicado” del costo del producto “en función de los costos de materia prima y de todos los insumos”.
A pesar del escaso avance en la situación, Olaverry valoró el cambio de actitud de los representantes de la empresa. La semana pasada, el dirigente sindical había dicho que parecía que no tenían “ganas de trabajar”, pero esta vez aseguró que se los notó un poco más “proactivos” y se mostraron dispuestos a analizar las ofertas que hizo el Poder Ejecutivo. Castillo se limitó a decir que lo que hizo el gobierno fue “mejorar” los descuentos en la tarifa energética de la fábrica. El gobierno le había ofrecido la semana pasada rebajarle 25% la tarifa de energía eléctrica hasta marzo, y luego ampliar la exoneración hasta 30%, pero la empresa había considerado insuficiente la oferta: sus representantes buscan un subsidio directo de 400.000 dólares mensuales, y esta oferta sólo llegaba a 100.000. El gobierno también le había asegurado que seguiría recibiendo 6% de reintegro de tributos a las exportaciones, pero Fanapel pretendía que esta devolución ascendiera a 10%. Según pudo saber la diaria, en este segundo tema no hubo avance, pero sí en la oferta de exoneración a la tarifa energética, que podría llegar a 35% en algunas circunstancias.
El tema de la exoneración energética dio incluso para la polémica. “Un manejo difuso y poco delicado puede generar efectos contradictorios. Hubo declaraciones de un senador que dijo que si se le dan estos beneficios a Fanapel, habría que dárselos también a otras empresas”, recordó Castillo, en referencia al colorado José Amorín Batlle. El legislador había anunciado en la semana que citaría al Parlamento a la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, y al presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, para que expliquen por qué se propuso una rebaja sólo a Fanapel y no a toda la industria. Pero esta actitud de Amorín le valió varias críticas. Castillo se limitó a decir que “de forma increíble, hay en algunas personas del ámbito político un desconocimiento de la industria papelera”. Olaverry fue más lejos y dijo que ni el Poder Ejecutivo, ni la fábrica, ni el sindicato se tomaron bien esta actitud. “Salió a hacer política buscando algo que perjudica a Juan Lacaze. Nosotros no queremos estar subsidiados eternamente, sino pasar esta tormenta”, sostuvo.
Los cuestionamientos vinieron incluso de los propios correligionarios del senador. La diputada coloniense Nibia Reisch, que pertenece a otro sector del Partido Colorado (Vamos Uruguay), dijo que si bien es primordial “hacer un estudio de competitividad del país, no hay que atacar a Fanapel, que para la ciudad de Juan Lacaze es primordial y cuyo cierre podría afectar no sólo a la parte económica sino a la parte social de esa ciudad”. Según la diputada, “no hay que cuestionar la ayuda que se le da a una empresa, sino que es necesario trabajar para mejorar la competitividad”.
En tanto, el sindicato papelero, que integra la Federación de Obreros Papeleros y Cartoneros del Uruguay, no planea quedarse de brazos cruzados mientras la empresa y el gobierno discuten posibles exoneraciones. Mañana una delegación del CUOPYC se reunirá con la Intendencia de Colonia y el viernes realizará una asamblea abierta con todos los “actores sociales” de Juan Lacaze, “para ver la posición de los trabajadores y evaluar la situación laboral en Juan Lacaze en estos últimos diez años”, explicó Olaverry, que agregó: “Nos estamos transformando en una ciudad dormitorio, y lo de Fanapel sería un golpe de gracia”.
Aun en el caso de que la empresa volviese a abrir, a Fanapel le tomaría bastante tiempo estar totalmente operativa. Según explicó Olaverry, esto se debe, entre otras cosas, al mantenimiento de la fábrica. “No estaría en condiciones de arrancar el lunes. Dos meses, demoraría”, dijo.