En los últimos días se agudizó el conflicto entre el directorio del Banco República (BROU) y la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU). En el marco del plan de reestructura que impulsa el banco, el directorio propone cerrar, a partir del 1º de noviembre, la agencia del Mercado Modelo. El viernes, en una negociación tripartita en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el directorio ratificó que estaba dispuesto a negociar, pero mantuvo la decisión de cerrar el banco. Los trabajadores entendieron que eso no era una negociación y ocuparon la sucursal. El sábado sesionó allí el Consejo de la Banca Oficial. Lorena Lavecchia, consejera del sector Banca Oficial, explicó a la diaria que se resolvió extender el conflicto al resto de los bancos públicos. Además, dijo que esta semana harán una movilización con el resto de los bancos y tratarán de seguir ocupando dependencias.

Hasta ayer los trabajadores no habían tenido contacto con el MTSS, pero Lavecchia suponía que tal vez hoy recibieran alguna notificación, “porque el directorio ya anunció que pensaba hacer uso de su derecho”, dijo. “Se adoptarán las medidas necesarias para que la situación de la sucursal Mercado Modelo se normalice, a partir de la aplicación del orden legal vigente”, expresó el viernes el directorio en un comunicado de prensa. En ese comunicado, el organismo aseguraba que no cerraría sucursales en el interior del país y aclaraba que, con la segmentación que prevé implementar a partir del 1º de noviembre, las sucursales “continuarán brindando los mismos servicios que brindan actualmente”, y que “en ningún caso los clientes deberán trasladarse a otras ciudades para realizar gestiones y operaciones”.

Pero en la banca oficial estos anuncios no se toman como verosímiles: “El directorio dice que va a prestar el mismo servicio porque tiene una microbanca dentro del Mercado Modelo, que tiene dos funcionarios, la cuarta parte de una dotación, y no tiene gerente”, por lo que muchas operaciones pasan a la agencia del BROU en el barrio de la Unión, “que tampoco está geográficamente cerca”, cuestionó Lavecchia. Según dijo, la sucursal que ahora se cierra tenía un gerente y diez trabajadores. La sindicalista lamentó que el BROU pretenda convertir en microbanca (sucursales de menos de tres funcionarios y sin gerente) a 65 de las 130 agencias, y rechazó, además, que todas las sucursales que pasaron a ser microbanca han hecho un cierre parcial (abren sólo algunos días a la semana). Según los trabajadores, al eliminar la figura del gerente, las agencias pasan a tener menor margen de resolución, y trámites que antes demoraban 15 minutos, ahora llevan tres horas. “Tenemos documentación que hemos conseguido y analizado, en la que queda claro que el negocio en las dependencias que cierran cae en comparación con las mismas dependencias que el banco quiere pasar a cierre parcial. Una vez que pasan a microbanca, no repuntan más”, explicó.

Además de esto, AEBU rechaza lo que entiende que es un proceso de privatización. “Estamos peleando por el banco, porque se está privatizando, aumentan los costos y se precariza el trabajo”, explicó Lavecchia. Planteó que el BROU asume que el dinero en efectivo va a desaparecer, y por eso ahora lo gestionan corresponsales –como Abitab o Redpagos– que les pagan 14.000 pesos por mes a los trabajadores. Reprobó, además, que se haya privatizado el análisis del crédito: ahora son consultoras como KPMG y CPA Ferrere las que estudian la capacidad de pago de los clientes. Lavecchia dijo que el BROU les paga 15 millones de pesos por año a esas consultoras, que trabajan con estudiantes de Ciencias Económicas a los que les pagan 13.000 pesos por mes. Por otra parte, lamentó que el BROU contrate, por intermedio de su empresa privada República Microfinanzas, a trabajadores que cobran entre 87 y 120 pesos por hora, cuando el BROU le paga por ello a República Microfinanzas más de 600 pesos por hora más IVA por trabajador. “En vez de ganar 31.000 de sueldo mínimo nominal, como es el salario de ingreso a la banca oficial, ganan 13.000 más 3.000 en tickets”, con contratos que rara vez se renuevan.