En agosto, el Departamento de Estado de Estados Unidos denunció que varios empleados de la embajada en Cuba habían presentado náuseas, dolores de cabeza y daños en los oídos, algo que, según los investigadores del FBI, podría deberse a unos misteriosos ataques ultrasónicos. La semana pasada, investigadores cubanos calificaron esta hipótesis de “ciencia ficción”. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró ayer: “Algún día habrá que estudiar el motivo por el cual varios países creen que Cuba es parte de una novela de ciencia ficción. Que hay ataques ultrasónicos, que la vida cotidiana aquí se parece a una novela de George Orwell; en fin, realmente no sé de dónde viene esa obsesión”.

El presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró su convicción de que Cuba está detrás de estos ataques y prometió “represalias”. Si bien no dijo qué tipo de represalias serían, una fuente de la Casa Blanca aseguró que estarían en la misma línea de los ataques. “Seguramente el presidente emita una serie de sonidos letales con su boca, de esos que viene lanzando desde antes de asumir la presidencia, y que causan diversos tipos de daños a los seres humanos. Nuestros científicos han confirmado que escuchar las palabras de Trump causa varios tipos de daño cerebral”, explicó la fuente consultada.

Desde la CIA reconocen que si esta táctica da resultado, se extenderá su uso a otros conflictos. Un agente de la agencia explicó: “Las palabras de Donald Trump constituyen un arma que hasta ahora solamente ha demostrado un ínfimo porcentaje de su potencial, ya que el presidente habla solamente en inglés, y quienes no entienden este idioma a lo sumo son expuestos a traducciones, que al no tener el tono de voz y las inflexiones de habla originales, pierden gran parte de su efecto. Pero si en un futuro Trump aprende coreano o árabe, el mundo se va a enterar del verdadero potencial destructor de Estados Unidos. Quizá lo que ocurra con la crisis cubana termine siendo el comienzo de la solución a los problemas con Isis y Kim Jong-un”.