Ayer de noche en La Huella de Seregni se realizó un debate sobre la inserción económica internacional de Uruguay, con el objetivo de generar insumos para la construcción del programa del Frente Amplio (FA) del período 2020-2025. Antes de dar inicio a la charla, el novel presidente de la Comisión de Programa del FA, el ex intendente Ricardo Ehrlich, destacó que estamos viviendo un momento “lleno de conflictos y de desafíos a asumir”, y, por lo tanto, se debe encontrar “la mejor síntesis” de distintos rumbos, para así “transformar la realidad”.

La economista Isabella Antonaccio señaló que hay que partir de la base de que Uruguay es un país muy pequeño, entonces “no nos queda otra alternativa que tener una concepción de apertura a los mercados”. Destacó que no sólo se trata de la exportación de productos nacionales, sino también de atraer la inversión extranjera. Agregó que hay que realizar un trabajo “muy fuerte” con empresas que ya están localizadas en el país, ya que así es más fácil que vuelvan a invertir.

Gabriel Papa, también economista, subrayó que se pueden tener dos de tres conformaciones sociopolíticas, pero no las tres al mismo tiempo. A saber, si queremos “globalización en todo su esplendor”, eso requiere “un Estado-nación fuerte”, porque la “hiperglobalización genera tensiones, entonces, deteriora la democracia a nivel local”. “Si queremos la globalización en todo su esplendor y democracia, tienen que ir de la mano de cierto federalismo global que dejaría a un costado al Estado-nación”, aseguró Papa, y por último indicó que se puede tener un Estado-nación fuerte y “democracia plena”, pero van a tener que “lidiar” con la globalización.

El diputado del Movimiento de Participación Popular y uno de los vicepresidentes del Parlasur, Daniel Caggiani, dijo que las condiciones de Uruguay hacen que la estrategia de inserción sea “fundamental para el desarrollo” y que “crecimiento” no significa necesariamente “desarrollo”; por eso destacó que la apertura de nuevos mercados “no se puede lograr a costa de hipotecar instrumentos estratégicos claves del desarrollo”. Luego hizo un repaso por el contexto regional, y señaló que “la derecha no quiere integración” y “no tiene como valor” conservar la definición estratégica e histórica de mantener “la región como zona de paz”. Agregó que “la derecha no tiene una estrategia comercial clara para la región” y que Uruguay tiene que “sostener y fortalecer” la imagen de ser “un líder confiable a nivel mundial en alimentación sustentable y saludable”. Al final, dijo que es “necesario superar cualitativamente el crecimiento, diversificando nuestra estructura productiva, para generar desarrollo genuino”.

Cerró la mesa Rosario Portell, ex embajadora de Uruguay en China durante el anterior período de gobierno. Destacó la importancia del mercado de Asia más allá de China, con países emergentes que tienen un mercado de servicios como el turismo.