Pedían un ingreso de 350.000 toneladas de carne por año; esperaban que les ofrecieran un piso de 78.000; la Unión Europea (UE) comunicó la semana pasada en Brasilia que está dispuesta a otorgar como máximo 70.000. De esa manera puede sintetizarse la ecuación que defraudó a los países del Mercosur, dijeron a la diaria fuentes de la cancillería uruguaya, y que está a punto de frustrar el acuerdo de libre comercio con la UE, que ya lleva 20 años de negociaciones.

Las cancillerías del Mercosur no se sorprendieron de la oferta europea, porque en los días previos a las negociaciones en Brasilia habían circulado versiones en ese sentido. Las 70.000 toneladas que ofreció la UE representan 0,7% del mercado cárnico europeo. “Es una propuesta baja, baja”, consideran en la cancillería uruguaya.

La UE no estaba en un principio dispuesta a abrir el mercado cárnico, pero luego cedió ante los planteos del Mercosur. Para el Mercosur, y en particular para Brasil, el acceso de la carne y el etanol a la UE es un punto central de la negociación. Ya en la ronda de negociaciones de setiembre, Brasil advirtió que, de no lograrse un acuerdo “satisfactorio” sobre estos dos productos, sería “muy difícil” suscribir un acuerdo, consignó en su momento la agencia AFP. La semana pasada, la UE ofreció 600.000 toneladas de etanol anuales, cuando el Mercosur pretendía que la apertura llegara a un millón de toneladas. La propuesta europea en estos dos mercados es incluso peor que la que presentó en 2004.

Una vez que se confirmó la oferta europea, el jueves, la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur emitió un comunicado en el que califica de “escasa” la propuesta. Las gremiales graficaron que el ingreso de carne en estas condiciones implicaría un aporte del Mercosur de dos hamburguesas anuales por habitante de la UE. “Se trata de un volumen que está lejos de las expectativas de los productores rurales de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, ya que, en conjunto, los cuatro países representan el 20% de la producción mundial de carne bovina y el 22% de su comercio internacional”, sostuvo. Agregó que “la magra oferta de la UE no llega a significar el 30% del volumen total exportado por el Mercosur con ese destino, propuesta avara que no contribuye al necesario ánimo de integración comercial que se persigue con las actuales negociaciones”. La federación pidió a los gobiernos de los países del Mercosur que no avancen “en acuerdos definitivos bajo pautas insuficientes en las razonables aspiraciones de los sectores productivos del Mercosur”.

Fuentes de la cancillería uruguaya dijeron a la diaria que la situación es “complicada” y que el Mercosur no trabajará en mejorar sus ofertas hasta no recibir una propuesta mejor de la UE en este rubro. “Lo bueno es que el Mercosur reaccionó en bloque con esta sensación y así se lo transmitió a la UE. Ahora se espera que con este mensaje monolítico, contundente y sin fisuras la UE mejore la oferta”, explicó una fuente.

Por otra parte, para la UE lograr acuerdos internos para mejorar su oferta es extremadamente complejo, porque los países que la integran tienen distintas voluntades de apertura. Mientras países como España son impulsores de lograr un acuerdo con el bloque sudamericano, hay fuertes resistencias internas en Francia, Irlanda y Bélgica, entre otros países. El propio Parlamento Europeo se ha expresado en más de una oportunidad de forma contraria a otorgar concesiones al Mercosur en materia agrícola; lo propio han hecho productores de Francia e Irlanda.

Según Clarín, de Argentina, la jefa de los negociadores europeos, Sandra Gallina, explicó que la cifra de 70.000 toneladas se logró tras una “delicada negociación” en la UE. Incluso tuvo que consultar “directamente” al presidente francés, Emmanuel Macron, y al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, antes de formalizar la propuesta, por lo “delicado” del tema, dijo Gallina.

La próxima ronda de negociaciones será el 9 de noviembre en Brasilia; allí se espera que la UE coloque “una oferta más contundente sobre la mesa”, porque de lo contrario “el acuerdo corre riesgo de no ser firmado en diciembre”,como estaba previsto, advierten en la cancillería uruguaya. En diciembre se hará una reunión ministerial en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y estaba previsto que en ese marco se suscribiera el acuerdo. El ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, dijo el 30 de setiembre a la diaria que el Mercosur nunca estuvo “tan cerca de firmar un acuerdo con Europa”. “Veo a un Brasil con más apertura y más dispuesto, y a una Argentina menos proteccionista que en el pasado, que también ayudaría a avanzar”, aseguró. Agregó que hubo una mejora en las ofertas de los dos bloques.

La otra parte

A cambio del ingreso al mercado agropecuario de la UE, el Mercosur está dispuesto a hacer concesiones en materia de propiedad intelectual, compras públicas y servicios, entre otros rubros. El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, dijo a Clarín la semana pasada que en la negociación se están incluyendo temas vinculados con la propiedad intelectual “que afectan directamente a los laboratorios y medicamentos genéricos”; “compras gubernamentales, que apuntan a poner en pie de igualdad en licitaciones a empresas europeas y mercosurianas”, y “el libre comercio en servicios”. “Sin duda, para nosotros todo esto es un desafío. La gran cuestión es mostrar que el acuerdo con la UE vale la pena”, resumió el ruralista argentino.

En 2015, en un pronunciamiento sobre un eventual acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE, la Asociación de Laboratorios Nacionales de Uruguay advertía que en el acuerdo se pretendía extender las medidas de protección de la propiedad intelectual más allá de lo que disponen los acuerdos de la OMC. “No existen evidencias empíricas respecto de los beneficios de adoptar normas de propiedad intelectual más estrictas. Por el contrario, son numerosos los datos fácticos y las voces autorizadas que destacan que la adopción de normas de propiedad intelectual excesivamente rigurosas restringen la competencia y el comercio legítimo, socavan el interés público y [...] afectan el derecho a la salud y el acceso a medicamentos”, denunciaron los laboratorios nacionales en aquella instancia.

El 20 de setiembre de este año, Creative Commons, una organización dedicada a promover el acceso a la cultura, advirtió sobre los efectos del acuerdo Mercosur-UE en el consumo cultural. La organización analizó el borrador del capítulo sobre propiedad intelectual divulgado por la UE en 2016 y concluyó que las disposiciones vinculadas a los derechos de autor “irían en detrimento del dominio público y serían perjudiciales para la creatividad, el intercambio y los derechos de los usuarios en la era digital”. Este capítulo del acuerdo propone extender la duración de la protección de los derechos de autor a 70 años luego de la muerte del autor –en Uruguay la protección es por 50 años– y afectaría la operación de algunas licencias de Creative Commons, ya que exigiría un pago “incluso cuando la intención del autor es compartir su obra con el mundo de manera gratuita”, advierte la organización.

Por otra parte, el acuerdo establece que podrán dictarse órdenes judiciales preventivas contra infracciones “inminentes”, lo que a juicio de Creative Commons “daña la libertad de expresión y la certeza jurídica”.