Lo vivido el fin de semana en Cataluña, provincia española que como es rica no quiere compartir su destino con la chusma, sigue provocando reacciones. La brutal, desmedida y condenable represión de la Policía Nacional a civiles que lo único que hacían era votar en circuitos electorales divide aguas. Por un lado, están los separatistas catalanes de izquierda que se horrorizan y la condenan. Por el otro, los separatistas catalanes de derecha, que al ver cómo la Policía fue cruel, despiadada y no tuvo miramientos para maltratar a la población organizada, ahora dudan. “Est que not habemot dadod cuentat que Espanha es un buen estat”, dijo un catalán nacionalista que ahora no sabe si quiere que lo tilden de separatista. “Cuand un vet semejant desplieguet de maldat y eficiencià represora, entoncet est cuand un se enamorat de nuovo con Espanya”. Para redondear su concepto sentenció: “Ningù estat pued ser tant mall si reprime tant beint; hay que revert eso de la independentia”.