“Ojo, compañeros, cuiden a los gurises chicos que es verdad. Pasó en la escuela de Millán y Lecocq. Andan rondando. Es una mujer rubia y gordita, estaba con una campera azul y de vaquero. Se queda rato en el recreo de los gurises y se hace pasar por familiar de uno de los niños para poder levantarlo y llevárselo”. Así era parte de un audio que mandó por Whatsapp un policía de la Seccional 24ª a sus compañeros de trabajo, el martes de mañana. Según el agente, lo acababa de llamar su esposa para decirle que habían querido llevarse a la hija de ambos, de cuatro años, de la escuela 251.

En el audio contaba que la “gordita rubia” le había dicho a la maestra que era amiga de la madre de la niña, que no iba a llegar a buscarla porque “tenía que hacer unos mandados”. Según el policía, la maestra no le creyó “por todas las cosas que están pasando” –en referencia a la información falsa que circula en las redes sobre supuestos secuestros de niños–, entonces llamó a la madre y esta le dijo que no había mandado a ninguna amiga y le pidió que no se la entregaran.

El martes de mañana, apenas el audio empezó a viralizarse, la Policía rastreó la procedencia para comprobar si era cierto, señaló a la diaria el sociólogo Gustavo Leal, director de Seguridad y Convivencia del Ministerio del Interior (MI). Chequearon si en la Seccional 24ª había personas con el apellido con el que se presentaba el policía en el audio, si tenía una hija de cuatro años con determinado perfil –el policía decía el nombre de la niña– y si en las escuelas de la zona había sucedido algo parecido a lo relatado.

Pero no. La directora de la escuela 251 dijo que había estado todo “tranquilo” y la maestra, que supuestamente había avisado a la pareja del policía, aseguró que no había llamado a nadie –puso a disposición su teléfono y el de la escuela para certificarlo– y que la madre de la niña la había ido a buscar como todos los días. Mientras tanto, el policía que mandó el audio ya había sido identificado y fue citado a declarar el martes de tarde, luego de que le retiraran el arma. Sostuvo que lo que decía en el audio era cierto. Pasadas las 17.00 del martes, se informó del caso a la Justicia y se ordenó iniciar una investigación. El miércoles, el policía y su esposa fueron citados a declarar a Inteligencia, en el marco de la investigación sobre los audios falsos.

Luego de varias idas y vueltas –explicó Leal–, la mujer reconoció que lo que le había dicho a su esposo “lo había inventado”. “La explicación que dio en la sede policial es que en realidad no recibió ningún llamado, pero que cuando volvía de la escuela de dejar a la hija, iba con otra madre que le comentó que había visto a una mujer que estaba mirando a través de la reja cómo los niños jugaban, y que ella a partir de eso se puso nerviosa, se fue dando manija, y ‘por todas las cosas que están pasando’, llamó al esposo para planteárselo”, relató Leal.

El policía, además de mandar el audio, compartió la información falsa en su cuenta de Facebook. Según el jerarca del MI, el agente declaró que no hizo la denuncia porque “quería certificar el día siguiente con la maestra cuál era la situación, para poder tener una denuncia más precisa”. Al policía se le inició un sumario con separación del cargo. Luego de culminada la investigación, se determinará qué sanción recibirá el uniformado, que puede llegar hasta la baja.

Leal señaló que la “hipótesis más inocente” sobre el hecho es que fue “un malentendido que empezó en una persona que inventó algo”, mientras que en el otro extremo está la posibilidad de que haya sido “a propósito”. Con esta última hipótesis habrá que ver cuál fue la motivación, de lo que se encargará la investigación policial.

Dele color, señora

“Hola, Adriana. Escuchame, corazón”. Así arranca otro audio que se viralizó por Whatsapp hace varios días. Lo mandó una mujer que decía que a las 21.00 había visto “una bemba [BMW] de alta gama” que era “una belleza de auto” y por eso le llamó la atención. Adentro había un muchacho “de alrededor de 28 años, cutis blanco, pelo cortito y una dentadura muy linda”. La señora agregaba que había llamado al 911 para ver si el auto era “uno de los tantos que están secuestrando a las gurisas y a los niños”. Según ella, del 911 le contestaron que sí pero que la Policía “no quiere hablar para que la gente no se altere más de lo que ya está”. “Lo único que piden [en el 911] es que nos cuidemos entre todos”, le contaba la mujer a la tal Adriana.

Leal subrayó que ese audio “generó un pánico enorme” y también se identificó su fuente. Fue una señora de Pando que efectivamente había llamado al 911 para decir que había un auto en “actitud sospechosa”, pero nada más. La conversación duró cerca de cinco minutos –está registrada– y el policía que la atendió le dijo que si volvía a ver al auto llamara de inmediato y ellos mandaban un patrullero. La Policía citó a declarar a la señora. Dijo que era ella la que había mandado el audio y le mostraron la conversación con el 911. Señaló que en realidad la información que había divulgado se la había dado un policía que había ido a su casa. No supo decir cuál. Le explicaron que todos los policías tienen radio y GPS. Le mostraron que ningún uniformado había pisado su casa. La mujer terminó confesando que lo inventó. Dijo que como estaban pasando “estas cosas”, armó un audio y “para que tuviera fuerza” le puso “color”.

Leal identificó tres tipos de motivaciones detrás de los audios falsos sobre posibles secuestros. El primero es de “grupos criminales” que buscan “generar pánico, distorsionar el trabajo de la Policía y confrontarla con la población civil”. El jerarca también mencionó “motivaciones políticas”, ya que una de las personas que fueron a declarar por los audios divulgó información desde la cuenta institucional de un grupo político. Para Leal esos mensajes ayudan a abonar la tesis de que “en este país está todo mal desde hace 15 años y que la seguridad es una porquería: ahora hasta secuestran niños”. Por último, hay un tercer tipo de motivación que a su vez es variado, de “comportamientos irresponsables”. “Algunas tienen que ver con la psiquis del individuo, que ameritarán una pericia psiquiátrica para determinar por qué las personas fabulan de esa manera. Otras habrá que investigarlas más a fondo para no ser ingenuos”, concluyó.

Pasos a seguir

Ante todo esto, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, planteó la necesidad de que exista una centralización de las alertas, “a partir de la experiencia de situaciones que se han generado en algunas zonas con eventos de seguridad que desestabilizan a nivel social el desarrollo de los servicios públicos e instalan el miedo y el pánico”, señaló Leal, y agregó que esa centralización se va a trabajar en un sistema de alerta similar al del Sistema Nacional de Emergencia, en el que el MI va a definir cuándo hay una alerta de seguridad y si es pertinente que los servicios públicos tengan que evacuar o cerrar sus puertas.

También se instalará una “mesa de análisis estratégico”, vinculada a las redes sociales, en el Centro de Comando Unificado, donde funciona el servicio 911. Para esto, el MI tomó el ejemplo de la Policía de Milán (Italia). En la mesa se monitorean las redes sociales en “tiempo real”, enfocándose en las denuncias sobre temas de seguridad. Cuando se concluye que hay información falsa, se resuelve una estrategia de divulgación en línea por medio de las redes sociales.