Ayer de tarde, autoridades del Poder Ejecutivo se reunieron en la Torre Ejecutiva para revisar la devolución del contrato con UPM firmado el 20 de octubre. La empresa finlandesa solicitó al Estado un plazo de diez días, “a los efectos de recorrer sus procesos internos de formalización”, según informó un comunicado emitido por Presidencia.

En la reunión participaron en distintos momentos el subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri; el director nacional de Medio Ambiente, Alejandro Nario; el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro; el subsecretario del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Jorge Rucks, y el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo.

En el comunicado se informa que tras el cierre del proceso de negociación, el presidente de UPM “remitió al señor Presidente una carta en la que expresa el acuerdo arribado en sus aspectos sustanciales”. Rucks dijo, a la salida de la Torre Ejecutiva, que “se va a mantener en este período las condiciones de confidencialidad del contrato”.

Además, el jerarca señaló que la etapa que “se cumplió” es una instancia “previa”, en la que “se fijaron condiciones”, pero aún “no tenemos ni proyecto ni estudio de evaluación de impacto ambiental”. También aseguró que las evaluaciones ambientales “son pasos que condicionan el inicio de la operación de la planta”. “No se puede comenzar a construir la planta hasta que la autorización ambiental previa no esté aprobada, y luego no puede operar hasta tanto no sea aprobado el estudio del impacto ambiental”.

Ayer de mañana, el presidente Tabaré Vázquez sostuvo, en la previa del Consejo de Ministros abierto en Trinidad, que el fin de semana recibió una carta del director ejecutivo de la empresa, quien tuvo “conceptos muy altos para Uruguay y lo que representa en el contexto internacional”.

Sobre la firma del acuerdo, Vázquez dijo que “hay una inquietud muy válida por fijar el día, como si fuera el día D de la Segunda Guerra Mundial [...] pero lo que más importa es cómo se desarrollaron las negociaciones, en qué ámbito, con qué ambiente, si se lograron acuerdos. Lo que puedo decir hasta tanto no me reúna con los representantes de la empresa es que el acuerdo es satisfactorio para el gobierno y fue bien logrado entre las dos partes”, comentó. También se refirió a los reclamos de la oposición por el hermético ambiente en el que se manejaron las negociaciones, y dijo: “La confidencialidad es un elemento que siempre se utiliza en toda negociación: pública, privada [...] porque hay elementos sustanciales que hacen al conocimiento de la empresa que está negociando, que no tiene por qué saberse por parte de una empresa competidora”. De hecho, el mandatario negó que haya “secretismo” y recordó que cuando se instaló la primera planta de Botnia en las afueras de Fray Bentos, él, que entonces era presidente del Frente Amplio, no recibió ninguna información.