Un grupo de alumnos del liceo 2 Antonio Grompone, de Salto, comandado por el profesor de historia José Buslón, suele “investigar” de forma amateur rastros de la historia del departamento a partir de hechos “que resultaban elocuentes porque configuraban algún tipo de misterio”, según contó el propio docente a la diaria. Por eso buscan lugares en los que se rumorea que había entradas de túneles, por ejemplo, de la época de la Guerra Civil de 1904 (fueron ellos quienes en mayo de 2016 dijeron haber fotografiado a un “fantasma” en el cementerio de ese departamento).

Fue en el contexto de esas actividades que el grupo de Buslón terminó, a fines de setiembre de 2016, en el Destacamento de Bomberos de Salto, ya que tenían el dato de que allí podrían encontrar entradas a túneles. Así las cosas, según el profesor, en un lugar del predio en el que una retroexcavadora había trabajado encontraron un pozo que era una especie de antigua cisterna, por lo que pidieron “autorización para hacer un relevo fotográfico e indagar” y ver qué podían encontrar ahí.

Según Buslón, encontraron un “bodoque [bola] de cal” del que extrajeron lo que “podrían ser partes de un cráneo”. Los bomberos les dijeron que no podían llevarse lo que encontraron porque “se trataba de restos óseos humanos”. “Fuimos un par de veces más a completar unos registros fotográficos que nos interesaban y luego no volvimos. Pero anteayer fuimos a Bomberos y preguntamos sobre la situación. Nos llevaron al lugar y nos indicaron que por orden de Bomberos el lugar fue tapado y que todas las evidencias que se habían encontrado fueron tiradas en el lugar”, aseguró el profesor, y agregó que eso le pareció una “aberración” porque “la evidencia era muy crucial como para dejar que esto quedara en eso”. Por lo tanto, decidió denunciar el hecho en la Jefatura de Salto.

A todo esto, la diaria se comunicó con Enzo Rebollo, jefe del Destacamento de Bomberos de Salto, quien señaló que la denuncia del profesor está en la órbita de la Justicia y que Buslón efectivamente fue con un grupo de alumnos a recorrer las instalaciones y consultó sobre el pozo, pero “nunca trabajó” en el lugar, ya que “nunca tuvieron autorización” para hacer alguna tarea allí. Antes que nada, “por la seguridad de ellos”, porque no iban a permitir que “menores ni particulares se metan a un pozo” cuya naturaleza no conocen.

Rebollo explicó que se hizo una planchada nueva en una parte del predio del Destacamento donde estacionan los camiones y que en un sector se formó un hueco, donde estaba el pozo; entonces, solicitaron una retroexcavadora y encontraron una especie de “bóveda de ladrillos”, que luego un especialista de la Intendencia de Salto confirmó que era una cisterna del siglo XIX. “El Patrimonio protege ese tipo de estructuras, entonces paramos todas las obras y dejamos esa tierra ahí. Lo pusimos en conocimiento de nuestro superior, para ver si se puede trabajar allí o se tapa. Pero en ningún momento se encontraron restos óseos”, finalizó Rebollo.