La 43ª edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (Andalucía), que comenzó el viernes y se extenderá hasta el sábado 18, exhibirá 66 películas y tendrá a Argentina como país invitado. En la ceremonia de apertura se proyectó El pampero, segundo largometraje de Matías Lucchesi filmado en Argentina y Uruguay, con el que, después de una larga ausencia, Julio Chávez volvió a la pantalla grande, junto a Pilar Gamboa y César Troncoso, que fue el encargado de presentar la película en el certamen. Se trata de un thriller ambientado en el delta del Paraná que se estrenó el jueves en Montevideo y se puede ver en Movie Montevideo, Grupocine Torre de los Profesionales y la sala B del Auditorio Nelly Goitiño. Con este largo, y luego de diez años, el actor de Un oso rojo (2002) El otro (2007) y El custodio (2006) vuelve sobre uno de sus arquetípicos personajes solitarios y retraídos, que esta vez emprende un viaje en velero para intentar olvidar una enfermedad. En su momento, cuando terminó el rodaje, Chávez dijo a la diaria que el regreso había sido muy bueno, incluso cuando pensaba que en todos esos años que habían pasado, con experiencias en televisión como Tratame bien (2009, por la que obtuvo un Martín Fierro y un premio Clarín), El puntero (2009) y Farsantes (2013), el cine se extrañaba “un poco menos que antes”. “Hace años, había muchísima diferencia entre un programa de televisión y lo que se hacía en cine, pero hoy en día hasta las cámaras se empiezan a familiarizar. De hecho, en la película El pampero había muchos técnicos que ya conocía de otros programas televisivos donde había trabajado. Incluso ese rubro –que antes no se cruzaba– ha cambiado, de modo que vuelvo con una sensación que no es de tanta extrañeza como había imaginado. Pero, por supuesto, las películas tienen sus particularidades, y El pampero es un hermoso cuentito que acabo de terminar hace diez días. Como se filmó casi toda sobre un velero, casi te diría que todavía tengo el mareo encima”, admitió.
El actor Darío Grandinetti recibió el máximo galardón honorífico del festival, en reconocimiento a su compromiso con la cinematografía iberoamericana y su larga trayectoria, que suma ya 30 años de trabajo y más de 60 títulos en cine, teatro y televisión. Luego de la entrega del premio, se proyectó El pescador, de José Glusman, un policial playero en el que Grandinetti interpreta a un solitario pescador que, de pronto, debe adaptarse a una nueva rutina por la llegada de un grupo de jóvenes a un parador cercano. Según el director, se trata de una historia en la que un “inspector municipal presiona a los jóvenes, una abogada trae noticias de un amigo preso”, y la relación entre una muchacha y el protagonista crece mientras él le enseña a pescar. “En una aparente calma, todo se va complicando”, mientras unos y otros esperan, calculan y se encuentran, aunque todo pueda implosionar en cualquier momento.