Un conocido matutino de la capital, famoso por sus crónicas acerca de indigentes zombis que copan regiones enteras de la ciudad, informó que el narcominorista encontró “un nuevo mercado” en el turismo. En plena Ciudad Vieja la marihuana se vocea a los turistas que bajan en el puerto, al grito de “maruja, maruja” o “maconha, maconha”, dependiendo del idioma que hable la persona que venga caminando. “Pudimos constatar esta nueva modalidad”, dijo a Los Informantes (diario) un vocero del Ministerio del Interior, que quiso identificarse, pero tardó horas en tipear su apellido en la computadora. “Afortunadamente, todavía no se concretó una sola venta”, señaló. La razón de que ningún delito se haya llevado a cabo es sólo económica. “Interrogamos a los vendedores y nos dijeron que ningún turista pudo pagar los exorbitantes precios que pusieron. Incluso con la implementación de terminales POS, los recién llegados no se animaban a invertir tanto dinero”, declaró. Hasta que no se realicen ventas, los narcos seguirán libres. Se espera que sigan libres para siempre.