En los próximos días, el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) aprobará un decreto que crea un grupo de trabajo para estudiar “posibles modificaciones a ser introducidas en la matriz de abastecimiento energético en los sitios en que Uruguay tiene presencia en la Antártida”. El grupo estará integrado por representantes del propio MIEM, de ANCAP y de UTE, y se forma en momentos en que el MIEM se está por incorporar al Consejo Directivo del Instituto Antártico Uruguayo, asumiendo la jefatura de la Dirección de Tecnología e Infraestructura.

Desde el Área de Energías Renovables del MIEM se explicó que existe una “contradicción” entre la matriz energética de Uruguay a nivel del continente y las fuentes utilizadas en la Antártida: mientras que en el continente 97% del abastecimiento eléctrico proviene de energías renovables, en la Antártida el 100% llega a partir de combustible fósil. ANCAP dona el denominado gasoil antártico, combustible que tiene propiedades especiales para el frío, y con eso se abastece la energía necesaria para la calefacción y la cocción; UTE, por su parte, recambia regularmente los generadores de energía eléctrica.

La contradicción se da porque, en particular, la Antártida constituye un territorio “tremendamente sensible desde el punto de vista ambiental”, por lo que se propuso trabajar en esa línea.

Entre las alternativas que se manejan en el Área de Energías Renovables está, en primer lugar, el aprovechamiento eólico, pero también el uso de la energía solar. Esto es así porque coincide que el grueso del contingente de uruguayos que viaja a la Antártida –las campañas– lo hace en verano, de noviembre a marzo o abril, cuando el recurso solar está presente de forma importante, mientras que en invierno la presencia de uruguayos se reduce al mínimo. Para poder aprovechar el recurso solar, acotaron los técnicos, es necesario evaluar la inclinación que deben tener los paneles solares y ver qué tipo de equipamiento es necesario. Por último, técnicos del área de Innovación de Alcoholes del Uruguay analizan la posibilidad de recurrir a un biodiésel que cumpla con las especificaciones del gasoil antártico, lo que permitiría disminuir los daños ante un eventual derrame o accidente, ya que es un producto biodegradable. El objetivo de este grupo es poder hacer las evaluaciones necesarias durante la campaña 2018-2019.