Durante su primer mandato, el presidente Tabaré Vázquez emprendió una lucha sin cuartel contra el consumo de tabaco. En su segundo mandato, les tocó el turno al alcohol y a los alimentos poco saludables. “Y bueno, todos los presidentes necesitan tener enemigos. Algunos los buscan en la oposición interna y promueven guerras civiles, otros los buscan en el extranjero y fomentan guerras entre naciones. Las luchas de Tabaré nos van a transformar en un país aburridísimo, pero por lo menos no vamos a tener derramamientos de sangre”, declaró una fuente del Poder Ejecutivo.

La última medida de esta campaña para promover hábitos saludables entre la población consiste en etiquetar aquellos alimentos que contienen exceso de azúcar, sodio, grasas o grasas saturadas. Para cada uno de estos casos habrá una etiqueta específica. La medida es resistida por muchos empresarios productores de alimentos altamente procesados. “A las papas chips que yo vendo tendría que ponerles las cuatro etiquetas. Las van a terminar comprando solamente las personas que tienen ganas de suicidarse. Mejor me dedico a vender revólveres”, aseguró uno de ellos.

En el gobierno también existe preocupación por la cantidad de etiquetas, así como por su contenido, ya que se considera demasiado técnico y específico. Un jerarca del Ministerio de Salud Pública (MSP) adelantó que se está considerando la posibilidad de unificar las etiquetas en una sola que diga “esto es rico”. “Los alimentos sin exceso de azúcares, grasas o sodio poseen una característica en común: no tienen gusto a nada. Por el contrario, las cosas ricas tienen en común precisamente su alto contenido de estas sustancias. O sea que, al aclarar que algo es gustoso, quedaría implícito que no es saludable. Creo que así es más comprensible”. Otra de las modificaciones que tendrán las etiquetas de los alimentos está relacionada con la presencia de transgénicos. La Intendencia de Montevideo comenzará a exigir que aquellos alimentos que contengan organismos genéticamente modificados sean identificados con una “T” en su embalaje. El jerarca del MSP consultado explicó que también en este caso se está buscando una alternativa. “Los productos orgánicos generalmente son más ricos y saludables, pero también más caros. Si algo es relativamente barato, seguro que tiene transgénicos. Si le ponemos una etiqueta que diga ‘esto es más barato’, ya es suficiente”. Las autoridades consideran que esto les facilitaría el proceso de elección de productos a uno de los principales segmentos de mercado de consumidores de alimentos orgánicos, que son quienes “no distinguen la diferencia entre este tipo de productos y los transgénicos, pero les gusta estar lo más separados posible de los pobres”.

En alerta

Si bien, por el momento, no han trascendido otras estrategias que esté planeando el gobierno para la promoción de hábitos saludables, son varios quienes consideran sus actividades comerciales podrían convertirse en los próximos objetivos de Tabaré Vázquez. Es por esto que se creó la Cámara Uruguaya de Cosas Placenteras, integrada, entre otros, por vendedores de duchas, telas plásticas con burbujas de aire y artículos relacionados con el sexo, además de operadores turísticos. Uno de sus integrantes explicó: “Somos una gremial abierta a cualquier empresario que venda cosas que les provoquen placer a los seres humanos y que, por lo tanto, corren riesgo de ser combatidas por el gobierno”.