Durante toda la jornada de hoy se desarrolla la séptima edición del Día de las Disquerías, con participación de 31 comercios en nueve departamentos, descuentos de hasta 30% en CD, DVD y vinilos, música en vivo, charlas y presentaciones de discos.

“La idea del Día de las Disquerías viene de otros lados: arranca en Estados Unidos en 2007, con el Record Store Day, y luego se replica en Argentina, con la llamada Noche de las Disquerías. Nosotros tomamos la idea de Argentina y la adaptamos a las características de Uruguay, donde nos pareció que era mejor hacerla de día por temas de horarios y movilidad”, explica Mauricio Ubal, músico, presidente de la Cámara Uruguaya del Disco (CUD, que organiza la jornada) y director del sello discográfico Ayuí/Tacuabé.

Según Andrés Sanabria, director del sello Bizarro, esta iniciativa supone “un gran movimiento cultural”, con “artistas tocando, firmando autógrafos y charlando con la gente, y a la vez descuentos importantes”. Ubal comenta que las disquerías funcionan como lugares de encuentro cultural.

Los locales de venta que participan están en los departamentos de Canelones, Colonia, Florida, Maldonado, Montevideo, Paysandú, Salto y Tacuarembó. Ubal destaca que en Florida el evento está apoyado por la intendencia. Allí van a tocar La Macanuda, Santiago Batello y Vitrola Sur. En Montevideo, algunos de los artistas convocados son Ruben Rada, Alberto Wolf, Papina de Palma, Socio y Popo Romano. “Apuntamos a que la grilla sea lo más democrática y diversificada posible en cuanto a estilos musicales. Incluso la cuestión de género está contemplada”, afirma Mariano Arsuaga, secretario ejecutivo de la CUD.

Sanabria dice que el mercado musical actual está en “permanente cambio”, y que es necesario “prestar atención a lo que está pasando, porque los discos se siguen vendiendo, pero además están creciendo mucho las plataformas de streaming y, desde hace unos años, crece la afición por los vinilos”. Sin embargo, la venta total de discos viene en baja, como en otros países. La CUD informa que en 2012 se vendieron 509.439 CD, y el año pasado, 209.239. Según Arsuaga, esas son ventas a distribuidores, y para calcular la venta al público se debe agregar un 15% (lo que daría 585.855 en 2012, y 240.625 en 2016), porque “hay importaciones directas que son difíciles de medir”. De todos modos, la venta de CD bajó casi 60% en cinco años, aunque el secretario ejecutivo plantea que el total de ventas de CD, vinilos y música en plataformas digitales aumentó el año pasado con respecto a los anteriores.

Uno de los cambios más llamativos en la venta de música en formato físico es el de los vinilos: 128 ventas en 2012 (con el 15% adicional), y casi 20.000 en lo que va de 2017. “Se está dando un renacimiento del vinilo, y las disquerías vuelven a tener bateas. Aparentemente, su compra ha dejado de ser una cosa esnob, porque en el último año las ventas crecieron muchísimo, así como las de tocadiscos”, evalúa Ubal. Aumentan las reediciones en vinilo, y los últimos álbumes de No Te Va Gustar –Suenan las alarmas– y La Vela Puerca –Festejar para sobrevivir– fueron lanzados simultáneamente en ese formato, CD y plataformas digitales. Sin embargo, el cambio más significativo está en estas últimas. El auge de Spotify, el proveedor de streaming con más usuarios en el mundo –140 millones–, determina que los sellos publiquen su catálogo online. “Hace cinco años se relacionaba el consumo de música mediante internet con la piratería, pero hoy vemos que los chiquilines utilizan masivamente Spotify y Youtube, por nombrar dos de las grandes plataformas legales”, afirma Arsuaga. En Uruguay, la mayor parte del consumo de música online se da por streaming, y tiene poco peso la compra de canciones o álbumes en internet, posible mediante Bandcamp, Google Music, Claro Música y Movistar Música, entre otras vías. “En general, se usa el streaming: tenés toda la música en la nube y la consumís donde quieras”, dice Sanabria.

A pesar del cambio hacia el consumo digital, Ubal asegura que “la gente sigue pidiendo discos” en formato físico. “Conversando con músicos y colegas que sólo han lanzado sus álbumes en formato digital, algunos me dicen que la gente les pide el disco y no lo tienen”, cuenta. Arsuaga opina que “el disco sigue siendo la cédula de identidad del artista”.