Desde ayer, y en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra cada 25 de noviembre, se está realizando en la Rural del Prado el 14º Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC), con sede por primera vez en Uruguay. La fecha fue establecida por Naciones Unidas luego de que, durante el primer EFLAC, celebrado en Bogotá en 1981, se resolviera homenajear a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes fueron torturadas y asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura del general Trujillo en República Dominicana.

El EFLAC consiste en una instancia de asambleas y actividades autogestionadas, con espacios artísticos, que desembocarán en la marcha del sábado a las 17.00, que irá desde la explanada de la Universidad hasta la de la Intendencia, en donde se unirá con la marcha que Mujeres de Negro realiza todos los años en esta jornada, desde la plaza Independencia.

El fin de estos intercambios es aportar y fomentar la lucha por los derechos de las mujeres, para el fortalecimiento de la democracia en América Latina; se trata de “un espacio de discusión y encuentro entre las diversas expresiones del movimiento feminista de América Latina y Caribe, como parte de la sociedad civil organizada”.

Cotidiano Mujer y el Plenario de Mujeres del Uruguay, junto con más de 150 voluntarias, trabajaron durante un año y medio en la organización de Diversas pero no Dispersas, en el que están participando mujeres de Alemania, Argentina, Bélgica, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Haití, Holanda, Honduras, Inglaterra, México, Nicaragua, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Suecia, Trinidad y Tobago, Venezuela y Uruguay, quienes llenaron el Prado de colores, danzas y gritos al unísono.

El lema, según dijo a la diaria Lilián Celiberti, del colectivo Cotidiano Mujer, responde a que “estamos en una época en que los feminismos son múltiples y plurales, y si bien podemos tener muchas diferencias entre nosotras, tenemos algunos puntos centrales para construir juntas; la idea es que vivamos nuestra pluralidad y diversidad como un movimiento, pero que el 25 de noviembre estemos juntas. Estamos construyendo una nueva forma de hacer política, donde también las sinergias se expresan a partir del respeto de la diversidad”.

Ayer fue la apertura; hubo asambleas y actividades autogestionadas, y el día cerró con un espectáculo artístico en el teatro Solís. Para hoy está pensado el mismo programa, pero en esta oportunidad el espectáculo artístico será en la plaza Fabini.

Los temas de debate son: cuerpos, subjetividad y derechos, racismo y discriminación, economía feminista, democracia, los nombres de los feminismos, las guerras y las resistencias colectivas, las violencias de género, el autocuidado y la protección, la diversidad, la autonomía y el poder.

El objetivo de estas modalidades de intercambio es compartir estrategias colectivas para “enfrentar el conservadurismo y el fundamentalismo”, según Celiberti, que “está ganando en nuestra región y que obstaculiza e impide y ataca los derechos de las mujeres”.

Fue pensado para aprender unas de otras, desde vivencias e historias de vida muy diferentes. Aquí, la idea de mujer popular está presente; en el Encuentro Feminista que se hizo para dar cierre al Día del Futuro de la diaria, se habló de que en los intercambios feministas no están representadas todas las mujeres, porque la mayoría son “académicas en el tema”, mientras que este encuentro es más abarcativo. Una colega brasileña comentó en público que para ella es muy difícil la autonomía. “Yo tengo un marido y me costó mucho estar acá, pero vine porque resisto”. De eso se trata, de estar.

La unión con base en la diversidad y reflejada en el espíritu de lucha imperante, hizo que cerca de 2.000 mujeres de países bien diferentes (incluso algunas comunicándose por medio de traductores) llegaran a la misma conclusión: no podemos estar dispersas si queremos cuestionar y enfrentar a las formas de poder centralizadas.