“Hace tiempo nuevas vidas envejecen nuestra historia, nos van perdiendo, y la muerte parece tener razón” La Trampa

Desde hace algunos meses se está construyendo, dentro del predio de la División Ejército III, en la ciudad de Tacuarembó, un nuevo edificio destinado a ser liceo militar. Dicha obra tiene un costo de 1.434.000 dólares, y albergará, desde el año próximo, a no más de 60 alumnos de distintos puntos del país que comenzarán el bachillerato allí.

Al señor ministro de Defensa Nacional se le preguntó, en el marco de la ley de acceso a la información pública, si la construcción de este tipo de liceos responde a un plan nacional de extender estos centros de estudios a todo el territorio nacional, y aunque no contestó esto, señaló que no se tratará de un liceo nuevo, sino de una extensión del único Liceo Militar que existe en el país. Se le interrogó además sobre si esto respondía a alguna necesidad social –local, regional o nacional– y qué estudios avalaban esa necesidad. Textualmente, expresó: “Sí, responde a una necesidad social. Todos los años concurren más de 300 aspirantes a ingreso para 120 vacantes, y más de la mitad de los que no obtienen vacantes pertenecen al norte del país”. A eso se refirió el señor ministro como necesidad social, y no hizo referencia a estudio alguno al respecto. Asimismo, señaló que “el público objetivo son todos aquellos jóvenes que hayan aprobado el ciclo básico de enseñanza secundaria, sin ningún tipo de distinción”.

El doctor Jorge Menéndez también manifestó que “los profesores del Liceo Militar Anexo Norte no elegirán horas como los profesores de enseñanza secundaria, sino que serán designados por el Ministro de Defensa Nacional, a propuesta del sistema de enseñanza del Ejército”.

Algunas cuestiones han quedado claras: este liceo no será una solución para los ni-ni a los que se refería el comandante del Ejército hace algún tiempo. Tampoco solucionará la emigración de estudiantes de Tacuarembó hacia otras partes del país, como sí pueden hacerlo con más eficiencia el Centro Universitario (CUT) o el reciente Polo Tecnológico en UTU. Los docentes que impartirán clases serán los que los militares propongan, de acuerdo a sus convicciones. La ley19.188, denominada “Educación Militar y Policial”, prevé normas sinuosas que suenan bien y no dicen nada, como su artículo 2 numeral 2: “La selección e ingreso de los docentes cumplirá los mismos requerimientos que se establezcan para cada nivel educativo” (haciendo referencia al Sistema Educativo Nacional de la Ley 18.437). Si esta norma quiere decir algo, en tal caso, ¿se está respetando?

Y luego todo lo que no queda claro: ¿cuándo dijimos a nuestros legisladores que debía existir algo así como una educación militar y policial que ameritara la formación de liceos? ¿En qué programa de gobierno? La sola instrucción en aspectos estrictamente militares o policiales no debería ameritar que amigos de los militares enseñen historia, filosofía y otras asignaturas a nuestros jóvenes. Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos ha señalado que el Ejército como institución no tiene autoridad moral para educar a ningún joven, y el Ejército debió guardar silencio ante esa afirmación, junto al otro silencio mayor y oprobioso que lo signa. Y hay otras preguntas: ¿por qué gastar ese dinero para unas decenas de alumnos, cuando, solamente en la ciudad de Tacuarembó, falta, por ejemplo, un liceo 6 para toda una zona extensa y populosa, o cuando el liceo 3, que tampoco tiene un local adecuado, se inunda cada vez que llueve? Y no hablemos de centros educativos en localidades del interior del departamento, como Curtina. ¿Qué opina de esto la Federación de Profesores de Enseñanza Secundaria? Pero también, ¿qué opina de la Ley 19.188, que se sancionó durante el gobierno de José Mujica? ¿Se está discutiendo esto en el Congreso Nacional de Educación?

Doctor Cley Espinosa