“Dios no está muerto”, advertían varias remeras. “Hoy es el día de tu milagro”, avisaban otras. Unos niños vestían la camiseta de fútbol de Uruguay, con el número 10, pero atrás, en vez de “Suárez” o “Cavani”, decía “Papá Cristo”. “Olé, olé, olé, olé, / Jesús, Jesús”, cantaban varios, acompañados por una pandereta que ostentaba la cruz cristiana. Estaba todo muy organizado. Se podía identificar el rol de las personas por el color de su chaleco. El rojo era el de los pastores, el verde el de la “seguridad” y el azul el del vocero. La cita fue ayer, frente a la Plaza del Ejército, en General Flores y José Batlle y Ordóñez. Allí se concentraron a las 17.00 quienes quisieron marchar “por Uruguay y la familia”.

Daniel Fleitas, el vocero, dijo a la diaria que se trataba de “una fiesta de la iglesia cristiana evangélica del Uruguay” y que marchaban para conmemorar los 500 años de la reforma protestante. Agregó que el organizador del evento fue la comunidad El Pastor y su Cayado, que “no es una iglesia, sino un grupo de pastores que se han unido para este tipo de eventos”. No obstante, los chalecos de las personas a cargo decían “Tiempo de cambio sobrenatural”, que es un ministerio evangélico neopentecostal. Consultado por el nombre en su atuendo, Fleitas contestó: “Esto es un préstamo”.

la diaria quiso hablar con alguno de los pastores, pero la mayoría se limitó a decir que había un vocero. Sin embargo, Gabriela Durán aceptó hablar. Dijo que estaban ahí para “resaltar los valores de la familia que se han perdido”, como “la unidad hombre-mujer”. Varios de los civiles que estaban sin chaleco también se mostraron reticentes a hablar con la diaria. Algunos, incluso, dijeron no estar autorizados. Pero no todos. Un joven señaló que estaba ahí para defender “cierto tipo de valores e ideales” de los que “muchos sectores de la política” fomentan la “subversión”. A su juicio, estos son “la familia, la tradición y la propiedad”.

Una señora mayor dijo que marchaba por “esa ley de los niños tan atravesada que quiere poner el gobierno” que “no tiene nada que ver con Dios, es todo lo contrario”. Un muchacho que estaba al lado le aclaró que es una guía de educación sexual, refriéndose a la Propuesta didáctica para el abordaje de la educación sexual en educación inicial y primaria, que armó revuelo a fines de julio e incluso provocó la creación de un colectivo que tiene como fin exclusivo que se la saque de circulación, “A mis hijos no los tocan”.

Pese a la aclaración, la señora siguió insistiendo en que era un proyecto de ley. “Eso es un disparate de los más grandes. ¿Qué va a ser de nuestros niños chiquitos? Cada día el mundo está más patas arriba. Permita Dios que no sea aprobada, porque es muy mala. Si vos educás mal a un niño, es mala persona; si lo educás bien, es buena persona. ¿Por qué está esa ley a punto de salir? ¿Quién la mandó a hacer?”, señaló, y luego siguió haciendo preguntas: “¿Qué va a ser de la familia si el hombre va a estar tanto con una mujer como con un hombre? Eso es malísimo y es contra Dios. Dios hizo al hombre y a la mujer para que se unan en matrimonio y ahí tengan hijos y continúen una familia, pero una familia correcta, bien; esto es un despiole”, agregó la mujer. Por último, sentenció: “A mí me da pena esa gente, que va equivocada y no se da cuenta de que hay un cielo y hay un infierno. ¿A dónde van ellos? Dios mío, hay que pedir a Dios por el que no se da cuenta, porque si llegaran a comprender y entender, no harían eso”.

La pandereta se unió a una banda improvisada que tenía hasta guitarra y cajón peruano. Con mucho entusiasmo entonaron “Rey”, un tema de Christine D’Clario, cantante estadounidense y cristiana de raíces latinas, mientras los filmaba un amplio equipo de Televisión Cristiana para las Naciones. “Tu iglesia clama hoy, / abre los cielos / con poder, enaltecido. / Eres Dios, / rompe tinieblas, / brilla en gloria, / oh, oh, oh”.

“El problema es que el que gobierna la tierra es Satanás”, explicó un señor a la diaria. Dijo que era alcohólico y que hace 15 años que no prueba una gota porque encontró la salida en Cristo. “Yo pertenezco a la iglesia Misión Vida para las Naciones, que es evangélica. Creemos en Jesucristo, padre, hijo y espíritu santo”, contó una muchacha que fue interrumpida por Fleitas, quien le advirtió: “Hay un vocero para la prensa”. “Yo preferí responderle”, le dijo la mujer, y agregó: “Nosotros tenemos un modelo de familia que está en la palabra de Dios, que es la Biblia, el libro más vendido en la historia del planeta Tierra. No existe otro, y nosotros consideramos que esa es la verdad”, finalizó.

“Todo el pueblo de Dios, levante sus puños al cielo”, dijo uno de los organizadores. Y así dio inicio a la marcha por General Flores, con destino al Palacio Legislativo. Aparecieron las pancartas más grandes. “La iglesia es la reserva moral de la sociedad”. “A los hijos los educamos los padres”. “Por una familia como Dios manda”. “Matrimonio igualitario, ¡vivan los homosexuales!”. No, este último no formaba parte de la marcha. Fue el grito de un joven provocador, que se reía con sus amigos mientras veía pasar la marcha.