El martes, en la escuela 253, donde hace unos días una maestra sufrió un intento de violación, las personas que estaban instalando un cerco perimetral para resguardar el acceso a la institución fueron “agraviadas verbalmente por personas de la zona”, desde el fondo de la escuela, justamente por la parte que no está cercada, según informó a la diaria Daysi Iglesias, dirigente de la Asociación de Maestros del Uruguay. Ante este hecho, el secretariado ejecutivo del gremio estimó que “no había condiciones de seguridad ni para niños ni para maestras”, por lo tanto, determinó que la escuela va a permanecer cerrada hasta que se termine de instalar el cerco perimetral. Esto sería, según Iglesias, hoy “a más tardar”, por eso la dirigente estima que el lunes se volverá a dictar clases con regularidad. Iglesias destacó la importancia de que exista una delimitación perimetral en una escuela que da a un cañaveral, para la seguridad de los niños, “no sólo por las personas que los puedan agredir, sino por su propia seguridad física, cuando van más allá de la vista del docente”.

A todo esto, la Justicia dispuso prisión domiciliaria para el agresor de la maestra –por “atentado violento al pudor” y “ultraje público al pudor”– y el uso de una tobillera. Iglesias indicó que el hecho generó “temor” y “una enorme desestabilización en los aspectos emocionales de cualquiera que viva esa situación, sean padres o docentes”. “Porque hay que pensar que esto no tenía por qué darse con una maestra”, indicó Iglesias, y por último se refirió al tipo de condena que cayó sobre el agresor: “No sé qué factores se consideraron para eso, supuestamente que era primario, pero tratándose de una situación que generó preocupación pública, me parece que en ese tipo de ataques hay que tener una mayor firmeza en las decisiones, para evitar situaciones de angustia. En este caso no fueron mayores, pero sí en otros casos muy resonantes que están consternando a toda la ciudadanía”, finalizó Iglesias.