El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) celebró ayer los 50 años de la creación de la cartera, con la presencia de autoridades y representantes sindicales. El ministro Ernesto Murro dijo que la cartera está siendo “parte de la mejor historia de nuestro país” y “más si miramos el contexto internacional”: “En Brasil la secretaría pasó a ser una dependencia del Ministerio de Hacienda, y en varios países están eliminando los cuerpos inspectivos, que en Uruguay están cumpliendo 102 años”, ejemplificó, y dio cuenta de “la decisión específica de este gobierno de fortalecer” al MTSS y a la Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social.

De cara a 2018, el año de mayor volumen de negociación colectiva de la historia del país, Murro sostuvo que uno de los desafíos será la gestión de acuerdos entre “la dirección política y la estructura de organización”. Reclamó también por la falta de recursos: “Tenemos que pelear día a día a ver cómo pagamos las cuentas”, ilustró. A pesar de señalar esta limitación, afirmó: “Pasamos de ser un ministerio que en diciembre de 2015 usaba todavía máquinas de escribir en algunas dependencias a tener para fines de este año 20% de los trámites enteramente en línea”.

Murro sostuvo que en los últimos 32 meses de gobierno se han “sextuplicado” las audiencias en el MTSS, lo que se debe “no a un aumento de la conflictividad, sino a un aumento de las solicitudes de intervención, que se apoya en una confianza mayor en el ministerio y su gente”. “Nosotros no queremos anular el conflicto, sino administrarlo. Sabemos que hay diferentes opiniones y las respetamos”, agregó.

En otro orden, el director del Instituto de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad de la República, Hugo Barretto, criticó la opinión de los expertos de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra. “Donde ven más intervención, yo en realidad veo más libertad”, afirmó. Según argumentó, “el Estado no es el único que tiene la llave para convocar a los Consejos de Salarios –como lo preveía la Ley de 1943–, sino qué hay más espacios de libertad y autonomía para las organizaciones sindicales y empresariales”.

Andrés López, secretario general de la Asociación de Funcionarios del Ministerio de Trabajo, denunció que “la Dinatra [Dirección Nacional de Trabajo] no es respetada por algunos jerarcas” del ámbito público, y propuso imponer “multas o sanciones ante los casos de incomparecencias”, así como “mejorar la calidad de las discusiones” en la negociación colectiva.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Inspectores de Trabajo del Uruguay, Sandra Huidobro, cuestionó los “escasos recursos de la cartera” y demandó “más capacitaciones y conocimiento” ante los desafíos que se avecinan. Huidobro nombró tres retos relacionados con las tasas de informalidad – “que viene bajando, pero aún se ubica en niveles importantes”–, con la cuarta revolución industrial –que implicará un cambio en la naturaleza y la existencia de algunos puestos de trabajo– y con la preparación de los funcionarios dentro del ministerio para la gran diversificación de las formas de trabajo, que “suponen un cambio en la protección social y, por ende, en la calidad del empleo”.

Como cierre, la directora general de secretaría del MTSS, Ana Santestevan, resaltó la negociación colectiva y el diálogo social como pilares que “debemos defender”, junto a “las características de participación, protección y contralor del ministerio”. Además, planteó la necesidad de profundizar los lazos que mantiene la cartera con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional y con su descentralización, por medio de 42 oficinas distribuidas en todo el país.