El lunes 27 de noviembre se reunió la Departamental del Frente Amplio (FA) de Montevideo con el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, y el intendente capitalino, Daniel Martínez. La Departamental trabaja desde el año pasado en estudiar el impacto que tendrá en la ciudad el proyecto de la pastera UPM, que prevé transportar su producción por tren de carga desde Paso de los Toros hasta el puerto de Montevideo, desde donde exportará la pasta de celulosa. Rossi confirmó que el proyecto de UPM consiste en revitalizar el actual trazado ferroviario y utilizarlo para trasladar su producción, ante lo que, según comentó el diputado del Movimiento de Participación Popular [MPP] Julio Battistoni, “una gran mayoría de gente se expresó negativamente”. “Quedan muchas dudas acerca de cómo se va a resolver la entrada al puerto, pero el tema principal que manifestamos el MPP, el Partido Comunista y otros sectores es que el gran problema es político, porque el plan de ordenamiento territorial –cómo era la ciudad, cómo debería ser, a qué ciudad aspiramos– se ha venido construyendo durante años, y eso realmente no ha sido tenido en cuenta”, opinó el diputado.

“El impacto que tendrá para los vecinos es seguro. La división de la ciudad es clarísima y, por más que se amortigüe, la situación final va a ser peor”, dijo Battistoni, quien añadió que durante el período de reconstrucción de las vías del tren “va a haber una alteración muy fuerte en Montevideo”. La Intendencia de Montevideo (IM) había manejado, junto con la de Canelones, que la mejor alternativa para sacar la producción de UPM era por la zona de Puntas de Sayago, opción que también había sido promovida por el MPP y por el ex intendente de Montevideo Mariano Arana. Según Battistoni, este proyecto se ha venido construyendo entre la Administración Nacional de Puertos y la IM en los últimos diez años, y a su entender tiene ventajas desde el punto de vista del ordenamiento territorial y como “promotor del trabajo en la zona oeste de la ciudad”. El puerto de Puntas de Sayago “potenciaría la producción y la logística del país y permitiría usar un área portuaria de 100 hectáreas y, a la vez, mover con comodidad la celulosa y los granos que pueden salir por la zona sur”, opinó.

En cambio, el trazado actual del trayecto ferroviario “corta la ciudad” e implicaría un impacto fuerte en materia de ruido y de tiempos de espera mientras pasa el tren, consideró el diputado, que explicó que los trenes de carga tienen 800 metros de largo y circularían a una velocidad de 60 a 80 kilómetros por hora por la malla urbana, con horarios de alta frecuencia. Battistoni reconoció que ya se está pensando en que algunas calles pasen por debajo de la vía ferroviaria y que se expropien algunos terrenos para alejar el trayecto, “pero con eso la situación no deja de ser un problema”, afirmó.

El diputado del MPP, que fue director de Planificación durante la administración de Ricardo Ehrlich en la IM, dijo sentir que “no hay nadie que defienda Montevideo”. “Yo creo que los gobiernos centrales no han atendido los problemas de Montevideo; es una gran ciudad donde se concentra la pobreza del país”, y “atravesar esto así nomás significa un impacto urbano que, en mi opinión, será irreversible”. El legislador dijo que, a su entender, “hay tiempo para recapacitar”, ya que aún no se ha concretado nada en el proyecto, con detalles exactos, y consideró que utilizar el trayecto ferroviario actual y el puerto de Montevideo “parece una imposición muy fuerte de la empresa”. Además, en la reunión en la Departamental se manifestó que, una vez que exista un proyecto concreto sobre el recorrido ferroviario que hará la producción de UPM, se debería presentar a los vecinos “en una audiencia pública”.