“El año en que hay que empezar a hablar de expresiones electorales es en 2018”, resumió el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, que, en una entrevista con El Espectador, en noviembre, admitió: “Lo único que no me faltan son ganas”. El hombre fuerte del equipo económico tiene 77 años y participó en ocho campañas electorales; en dos de ellas como precandidato presidencial (en 1999 perdió con Tabaré Vázquez y en 2009 con José Mujica). Las declaraciones de Astori generaron críticas en su propio bloque, el Frente Liber Seregni (FLS). Por ejemplo, el diputado fernandino Óscar de los Santos (de Alianza Progresista, integrante del FLS), dijo en una entrevista con Brecha que si Astori es candidato, dicho bloque avanzará inevitablemente hacia una división.

Aunque Astori reconoció que su proclamación podría contar con el respaldo de Mujica (una versión que publicó originalmente el semanario Búsqueda), lo cierto es que varios dirigentes del Movimiento de Participación Popular (MPP) han reclamado que el ex presidente salga otra vez al ruedo. Uno de ellos fue el diputado de Cerro Largo Alfredo Fratti: “Un nombre con la aceptación de Mujica, si la biología le responde, no veo por qué tiene que renunciar a ser candidato”. En la misma línea se pronunció el intendente de Rocha, Aníbal Pereyra, entrevistado por La República a finales de noviembre: “La gente es la que quiere que Mujica sea candidato, no es decisión de los dirigentes políticos”. Mujica ha reiterado que no se postulará, pero en la previa de las elecciones de 2009 mantuvo una postura similar y terminó siendo candidato. Su esposa, la vicepresidenta Lucía Topolansky, es enfática al momento de descartar la posibilidad. “Una persona que va a tener 85 años no puede resistir una campaña electoral. Yo sé lo que es una campaña. O la hace a medias, o la queda”, comentó en entrevista con la diaria el 18 de noviembre.

Para muchos dirigentes del MPP, un escenario sin Mujica habilitaría la posibilidad de cerrar filas detrás de otras candidaturas, por ejemplo, de la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse. En una entrevista con la diaria, publicada en julio, Cosse admitió que las encuestas que la colocaban como posible precandidata las vivía “como un reconocimiento” y no descartaba la posibilidad. Algunos militantes tomaron apuntes y empezaron a reunirse, incluso con ella y con otros asesores; ahora esperan los resultados de un estudio cualitativo sobre el posicionamiento político de la secretaria de Estado, que estaría listo en febrero, para resolver cómo seguir de cara a 2019.

Una situación parecida a la de Cosse con Mujica se da entre Mario Bergara y Astori. El presidente del Banco Central del Uruguay ha dicho que no descarta ser candidato a la presidencia, pero que no se confrontará con Astori si este se postula. “Si Danilo no va, me tiro”, dijo Bergara el jueves 21 en una reunión con otros dirigentes frentistas, según consignó ayer el semanario Búsqueda.

Al hablar de posibles candidatos del oficialismo y buenos desempeños en las encuestas, el nombre más recurrente que aparece es el del intendente de Montevideo, el socialista Daniel Martínez. Hasta ahora el argumento se repite: lo importante es hacer una buena gestión, pero está claro que la candidatura no está descartada (ni mucho menos) y que se vienen dando algunos pasos preparatorios. De hecho, Martínez y su par de Canelones, Yamandú Orsi, han convocado a varias reuniones con los dirigentes frenteamplistas “del recambio generacional”, convocatorias en las que también han jugado un rol protagónico el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, y el presidente del FA, Javier Miranda.

Otra incógnita sin resolver en la interna del FA es qué hará la senadora Contanza Moreira, que en 2014 enfrentó en la interna a Vázquez. La legisladora ha sido una de las voces más críticas con el actual gobierno y se alió con Martínez en las últimas departamentales, cuando este se impuso, por amplio margen, a la candidatura de Topolansky.

Entre los blancos el panorama está bastante más claro. El senador Luis Lacalle Pou volverá a ser precandidato y, a diferencia de la previa de las internas de 2014, es amplio favorito a ganar las que vienen. Su rival de aquel entonces, Jorge Larrañaga, también anunció este año que volverá a competir, pero su sector político ha sufrido grandes bajas: perdió seis de los ocho gobiernos departamentales que había obtenido en 2015. Buena parte de la escisión de Alianza Nacional está yendo a parar a un espacio aún amorfo que reúne a un grupo de intendentes “rebeldes”, a la senadora Verónica Alonso y al diputado Pablo Iturralde, entre otros nombres. Resta ver si esto culmina en un sector propio y si presentan una expresión electoral nueva.

En cambio, la situación del Partido Colorado es mucho más difusa. El senador José Amorín y los diputados Fernando Amado y Germán Cardoso anunciaron sus candidaturas. Este último es parte de Vamos Uruguay, el sector fundado por Pedro Bordaberry, que parece ir hacia un resquebrajamiento inevitable, entre quienes lo apoyan a él y quienes aguardan por una eventual postulación del economista Ernesto Talvi. También resta ver qué postura tomará Espacio Abierto, sector liderado por el diputado Tabaré Viera.