Los sectores Casa Grande e Ir (Frente Amplio) emitieron una declaración conjunta en la que manifiestan su “profunda preocupación” ante “la reciente aprobación de cuatro eventos transgénicos para uso comercial que fueron liberados a pesar de las consideraciones vertidas por los Ministerios de Salud Pública [MSP] y Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente [MVOTMA]”.
El texto, que está publicado en el sitio web de Casa Grande, expresa el apoyo de ambos sectores a esas carteras “en su posición de no aprobar estos eventos sin la información necesaria para garantizar que no habrá afectación al ambiente y la salud humana”, y alerta “al conjunto del sistema productivo” sobre el riesgo implícito en tomar decisiones de este tipo “sin una profunda discusión social y política”. “Estamos ante una definición que puede afectar otros sistemas productivos y que expone a la sociedad toda a los efectos que pueda acarrear el uso masivo de otros dos agroquímicos: el 2,4-D y el dicamba, que se suman al ya ampliamente utilizado glifosato”, agrega.
La declaración llama la atención sobre las advertencias que “tanto el MVOTMA como la Udelar [Universidad de la República] y la sociedad civil” habían hecho respecto de que las malezas se volverían resistentes al glifosato, e insiste en la necesidad de cuidar la capacidad productiva del país llevando adelante “un manejo de las malezas de verano diferente a continuar agregando nuevos químicos de manera permanente”.
El Gabinete Nacional de Bioseguridad aprobó el 15 de diciembre las solicitudes para usar ocho eventos transgénicos. Algunas son para uso comercial, otras para ensayo a campo, para ensayo del Instituto Nacional de Semillas o para pruebas de laboratorio. Entre las ocho variedades aprobadas hay una de papa transgénica que está siendo estudiada por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria. Pero los que causaron más revuelo fueron los cuatro eventos liberados para uso comercial, a cuya aprobación se opusieron el MSP y el MVOTMA.
Cuando la liberación de estos eventos se hizo pública, Alejandro Nario, responsable de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (MVOTMA) e integrante de Ir, dijo a la diaria que aunque la aprobación de eventos para investigación no causa grandes problemas, la situación es distinta en el caso de los eventos que se liberan para uso comercial, porque pueden plantarse en todo el país. Mencionó, asimismo, la necesidad de estudiar las condiciones de coexistencia de los nuevos eventos de maíz con el maíz criollo, debido al riesgo de cruzamiento, que puede causar la pérdida de semillas de variedades nativas y criollas. En la declaración conjunta de Ir y Casa Grande se menciona este punto y se reclama la creación de un inventario de cultivares criollos “que permita establecer áreas completas libres de cultivos transgénicos”, así como “prevenir la difusión de genes mediante el aislamiento por distancia”. El texto solicita que el Ejecutivo deje “en suspenso” la resolución, insiste en la necesidad del etiquetado transgénico, reclama “una Estrategia Integrada de Ambiente y Salud” y llama “a la reflexión y al debate público sobre la necesidad de revisar y reformar la institucionalidad en temas de bioseguridad”, mediante una nueva normativa de carácter integral en el Parlamento.