El espacio Izquierda Cristiana del Frente Amplio (FA) presentó ayer en el local de Acción Sindical Uruguaya su segundo documento elaborado a partir del eje “Desafíos y propuestas”, y que denominaron “Políticas públicas para profundizar los cambios”. Según el documento, su elaboración se fundamentó en la “imperiosa” necesidad de “renovar el análisis de la realidad, identificando los principales asuntos estratégicos que el país debe atender de cara al futuro y la correspondiente formulación de los principales lineamientos y prioridades en materia de políticas públicas de aquí a 2025”, y la importancia de explicitar de manera concreta, definida y comprometida, las principales señas de identidad de la iniciativa política de la Izquierda Cristiana, de construir una amplia corriente comunitaria y democrática comprometida” con la renovación y revitalización del FA y la transformación del país. En la mesa que presidió la reunión, que tuvo casi un centenar de participantes, se sentaron Pablo Martínez Bengochea, director del Instituto Humanista Cristiano Juan Pablo Terra; Teresita Capurro, ex consejera de la Administración Nacional de Educación Pública y ex dirigente de la Federación Uruguaya de Magisterio; Alejandra Scafati, responsable del programa Aulas Comunitarias del Consejo de Educación Secundaria, y el presidente del FA, Javier Miranda.

Martínez Bengochea explicó que aún quedan dos “dimensiones” más para abordar en los grupos de trabajo: “La renovación de la estructura y funcionamiento del FA y de sus vínculos con la sociedad”, y la “estrategia política”, en la que se evaluará “cómo se para este espacio” ante el ciclo electoral que se avecina.

Luego, esbozando una crítica a la configuración de las unidades programáticas de la Comisión de Programa del FA, que se presentan hoy, día en que el general Liber Seregni cumpliría 100 años, Martínez Bengochea dijo que el programa no puede ser “una simple yuxtaposición” de temas, sino que “hay que jerarquizar, priorizar políticas”. Después presentó el primer punto del documento, referido a “La sociedad en que vivimos y sus desafíos: asuntos estratégicos”, en el que se refirió a la inequidad en la infancia, los rezagos en la educación media, los cambios en la estructura productiva y el trabajo, y a la sostenibilidad del proceso de desarrollo, entre otros temas.

Martínez Bengochea habló luego de las políticas públicas para la transformación de la sociedad y señaló cinco grandes ejes: desarrollo humano integral; construcción de una sociedad inclusiva; desarrollo económico de largo plazo; gestión y cuidado sostenibles de nuestra casa común, y libertad, democracia y transformación de la sociedad.

Cuando tocó hablar sobre el desarrollo humano integral, en particular sobre la universalización del egreso de calidad de la educación media y del acceso a la educación terciaria, Scafati fue enfática en señalar que la educación ya no es “sólo un problema de los docentes” e insistió en que para mejorar hay que empezar por la formación en educación. También dijo que no pueden seguir funcionando “centros educativos masivos” porque “la despersonalización” no funciona con los adolescentes de ahora. “Los centros no pueden ser de pequeña escala, porque no puede haber un centro con sólo 60 estudiantes, pero sí pueden ser gestionados como si fueran de pequeña escala, donde se construyan cercanías” con los estudiantes y con la comunidad, explicó. Finalmente propuso que debe haber “sinergia” entre el Estado y la sociedad civil, y que este tema debe ser abordado como una política de Estado, independientemente de los gobiernos de turno.

Estuvieron presentes muchos adherentes del Partido Demócrata Cristiano, uno de los sectores motores de la iniciativa, pero también militantes, ex legisladores y dirigentes de otros grupos o independientes dentro del FA.

Miranda cerró el acto diciendo que “hay que volver a tomar la humildad como un valor cuando vamos al debate político”. “Con esa vocación es que queremos construir una comunidad política de ideas, no todas compartidas, pero con comunidad de programa. Construir comunidad de programa, de encuentro, de proyecto de país, de sociedad, de humanidad, y volver a sentirnos comunidad de afectos. La política es eso, y el día que la política pierda los afectos, está frita”, concluyó.