La inversión en vialidad cerrará 2017 con un total de 460 millones de dólares, una cifra que “duplica la del año anterior” y se constituye como “la más alta en la historia, tanto en dólares constantes como corrientes”, afirmó Rossi, y auguró un nuevo récord para el año próximo: “Estaremos varios millones arriba, seguro encima de los 500”.

El 8 de noviembre, la Asociación Uruguaya de Caminos celebró su XI Congreso, en el que se presentó un informe sobre la situación de la vialidad uruguaya y se concluyó que “la mitad de la red está más que en buenas condiciones”, según Rossi. El ministro especificó que el informe fue elaborado por técnicos independientes que no pertenecen a su cartera. “No hay necesidad de comentarlo, pero puedo decir que se trata de un informe más optimista que los nuestros y que ubica con precisión dónde están los problemas que tenemos: en las rutas secundarias y terciarias, la mayoría perjudicadas porque no aguantan las cargas que se transportan”, sostuvo.

El gobierno ha optado por financiar la mayor parte de los proyectos de vialidad por PPP, un mecanismo que el ministro evaluó como “útil”, pero cuestionó “la administración de los tiempos”, que “no nos favorecen”, debido a dos razones: “los plazos [de los proyectos], que son demasiado largos, para el Estado, para las empresas y para quien los financia”, y “la falta de coordinación entre las instituciones públicas”, que “se podría solucionar ofreciendo una ventanilla única” para hacer los trámites.

Optimistas y conservadores

El proyecto de la instalación de una tercera planta de celulosa en Uruguay, que tuvo un avance importante hace un mes con la firma del contrato de inversión entre UPM y el gobierno uruguayo, también fue abordado por el ministro. En el gabinete hay varias miradas: algunos aconsejan tomar la posibilidad de la inversión con cautela y otros –como Rossi– lo toman casi como un hecho. “Naturalmente hay algunos que somos más optimistas y otros más conservadores. En el gobierno hay roles y cada uno se atiene al suyo. No comunican igual el presidente de un club que el tesorero”, dijo. Luego advirtió que, si bien “es un camino que está en marcha, va a estar lleno de dificultades”.

A raíz de la posibilidad de esta nueva planta, resurgió el ferrocarril. Rossi, sin embargo, insistió en que son proyectos “independientes” y aseguró que, “más allá de UPM, vamos a poner en marcha el circuito” que llega hasta Pintado, en Florida. “Lo que hicimos después fue agregarle el tramo Pintado-Puerto de Montevideo, y eso sí es por UPM”, aclaró. Luego dijo que esta empresa “tendrá derecho a presentar su operador” ferroviario, pero “tendrá que ser autorizado por la Dirección Nacional de Transporte Ferroviario”.

Los plazos pautados hacen que la cartera espere las ofertas para el 9 de abril del año que viene, lo que llevaría a una adjudicación “antes del 1º de noviembre”. Desde ahí, correrán 40 meses de construcción hasta febrero de 2020, en los últimos días de este gobierno.

Un “gualicho”

Uno de los más grandes propósitos del MTOP para el año próximo es instalar la discusión de un plan maestro del Puerto de Montevideo de cara a 2035. “Tuvimos uno hasta 2015 y funcionó; pensamos en discutir uno nuevo con todos los actores y poder llegar a algunas conclusiones para junio de 2018”, afirmó el ministro. Y enfatizó dos proyectos: la terminal pesquera y la terminal de pasajeros, ambos “trancados” sin que el ministro encuentre una explicación. “Parece un gualicho”, conjeturó, pero anunció que seguirá trabajando para destrabar esos proyectos, porque se necesita que el puerto “aumente su productividad a partir de una actividad más intensa”.

El ministro también fue consultado por el proyecto del puerto de aguas profundas, impulsado durante el gobierno de José Mujica. Al respecto, sostuvo: “Hemos bajado las expectativas porque le hacíamos mal al Uruguay si lo usábamos para el alineamiento político partidario. Este proyecto no lo inventó el Frente Amplio; hace más de una década que está definido como estrategia país y la discusión debería ser técnica y no política”.

La cartera también se propuso instalar un ámbito de intercambio semanal acerca de la aeronáutica civil y comercial, con la intención de incluir a “todos los actores, no sólo los que vuelan, sino también los que brindan servicios”, porque “el país necesita reactivar el sector”. El objetivo es llegar a abril del año que viene con “algunos consensos”.

Cargas

El ministro se refirió también al fideicomiso que regula desde 2007 el precio del boleto, por medio de la reducción del costo del gasoil de las empresas de transporte colectivo de pasajeros. Sostuvo que “logró uno de los objetivos, que era la recuperación de usuarios” con mayor impacto en los viajes urbanos y suburbanos. Ahora, ante la baja del precio del gasoil, “será hora de pensar una reconversión de la herramienta”, expresó.

El fideicomiso funciona mediante lo recaudado por ANCAP por el incremento del precio del gasoil. Con esto se les paga a las empresas de transporte el beneficio correspondiente en función del consumo de gasoil declarado, teniendo en cuenta ciertos topes. “Cuando subía el precio del boleto, atenuaba la suba [en el precio final, en un orden de al menos 15%] y ahora que baja, atenúa la baja también”, explicó.

Hace una semana, la Confederación de Cámaras Empresariales envió una carta al presidente Tabaré Vázquez en la que solicita una rebaja de 10% en las tarifas de electricidad y una reducción de 30% en los precios del gasoil y el fueloil. El documento estaba firmado por la Cámara de Transporte, la Asociación Nacional de Empresas de Transporte Carretero por Autobús y la Intergremial de Transportistas de Carga, lo que “sorprendió” al ministro, ya que, dijo, “lo menos que esperaba es que hicieran la salvedad de que todos los uruguayos están contribuyendo para que los servicios que ellos prestan tengan o bien un precio diferencial o bien un retorno del IVA de hasta un 9,2%”. Agregó que el subsidio “no es una herramienta que necesariamente tiene que usarse para toda la vida”.