El 28 de noviembre el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) se declaró en conflicto con la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), ante la falta de respuesta a los reclamos del colectivo médico por parte del Poder Ejecutivo y Legislativo, la dirección del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) y de la propia ASSE. El miércoles, durante una jornada pública, el sindicato apeló a sensibilizar a los parlamentarios ante la próxima votación de la Rendición de Cuentas.

Los sectores público y privado del SMU se muestran preocupados por la crisis de ASSE. El diagnóstico elaborado recientemente por la Asamblea General Extraordinaria del 28 de noviembre se resume en una inversión deficiente, en un diseño institucional que impide la competencia con el sector privado, y en la dificultad de retener a los recursos humanos en el sector público. Actualmente ASSE atiende a la tercera parte de la población del Uruguay, 1.200.000 usuarios, que provienen mayoritariamente de los sectores de la población más vulnerables.

Durante la jornada se sintetizó que la situación de crisis se fundamenta en un aspecto clave: la brecha salarial entre el sector público y el privado. El dirigente del SMU Daniel San Vicente sostuvo que esta brecha existe desde hace muchos años: “En un sueldo del mutualismo caben dos sueldos y medio de salud pública”, ilustró. Aseguró que está comprobado que esta inequidad salarial genera una considerable fuga de recursos humanos del sector público, lo que a su vez, se ve reflejado en el deterioro de la calidad asistencial. A pesar de esta brecha salarial, San Vicente señaló que los médicos actúan de la misma manera e incluso con más convicción en el sector público.

En el encuentro, el presidente del SMU, Gustavo Grecco, presentó las principales resoluciones de la Asamblea que integran una “plataforma reivindicativa del SMU” para paliar la situación crítica de ASSE, que, según describió, sigue siendo una “medicina pobre para pobres”. El primer reclamo de la Asamblea es la equiparación salarial público-privada para evitar la fuga de recursos humanos. Además, el sindicato planteó la importancia del trabajo de residentes e internos para sostener la atención a la población usuaria de ASSE. El sindicato pide que la remuneración de estos técnicos en formación debe ser también incrementada. El segundo reclamo es la presupuestación de trabajadores de ASSE que son contratados por las comisiones de apoyo. Grecco señaló que el Estado, mediante sus comisiones de apoyo, es el principal generador de trabajo precario. Las comisiones de apoyo son programas asistenciales de ASSE, personas jurídicas de derecho privado que actúan en apoyo a ASSE, y sus vínculos laborales son por contrato de arrendamiento de servicios. Aproximadamente, 15% de los trabajadores de ASSE son contratados por medio de estas comisiones, lo que implica más de 3.080 vínculos laborales precarios. Al respecto, el SMU plantea que deben regularizarse los vínculos laborales y la eliminación de la relación de dependencia encubierta en el área pública. Durante la jornada, fue rechazada la lentitud del proceso de presupuestación y la indefinición de un cronograma para el cierre de comisiones de apoyo.

El tercer reclamo es la implementación de la reforma del trabajo médico, que implica que ASSE cumpla con un compromiso temporal establecido de generar cargos de alta dedicación. “Al 31 de diciembre se debería contar con unas 217 funciones de alta dedicación, y hoy tenemos 37”, indicó Grecco. Según dijo, se trata de un tema con el que se viene lidiando desde hace mucho tiempo, como forma de superar el multiempleo médico que va en desmedro de la calidad asistencial y de la propia salud de los profesionales, aseguró. “Exhortamos a las autoridades a cumplir el plan estratégico para asignar las funciones de alta dedicación en todos los niveles asistenciales, en más de las 30 especialidades que tenemos acordadas”, expresó Grecco. Explicó que, paradójicamente, el sector privado está cumpliendo con el compromiso de esta reforma laboral, y a la fecha cuenta con 700 cargos de alta dedicación. El último de los reclamos del sindicato plantea avanzar en las reformas estructurales de ASSE. “Es muy difícil gestionar una institución que asiste a más de 1.200.000 usuarios en todo el país desde Montevideo. A pesar de los esfuerzos que se hacen, entendemos que esta gestión se vería beneficiada si se regionaliza, dotando de independencia a las regiones en el marco de un plan estratégico”, dijo Grecco. Durante la jornada se insistió en la necesidad de incorporar al Hospital de Clínicas en dicho proceso. En este sentido, la Asamblea propuso la desconcentración organizacional con alto grado de autonomía en el manejo y ejecución de los recursos humanos y materiales. Finalmente, el sindicato manifestó su disconformidad con el retraso en la profundización del SNIS, haciendo hincapié en la integración y complementación de instituciones, servicios y prestaciones.

A tu mala salud

El único parlamentario presente, Eduardo Rubio, recordó las críticas que se hacen en forma continua al SNIS, y en particular la desigual asignación de recursos financieros entre el sector público y el privado, lo que sostuvo que explica la brecha salarial y el déficit de inversiones en ASSE. Por su parte, el representante por los estudiantes en el SMU, Guilherme Abib, reivindicó la importancia de asegurar el derecho a la salud para todos los ciudadanos, e indicó que hay omisión del Estado cuando esta condición no se cumple. En la jornada se profundizó sobre las malas condiciones de trabajo en el sector público. La doctora Diana Sastre aportó ejemplos de las deficiencias edilicias en policlínicas de la capital, cuyas carencias ya habían sido denunciadas hace algunos años. Además de destacar las condiciones deplorables de muchos locales de atención en la periferia de Montevideo, Sastre subrayó el riesgo en las condiciones de inseguridad en las que trabajan los técnicos de salud.

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