Los trabajadores de Latam Airlines de Argentina y Brasil están dispuestos a parar el lunes en solidaridad con sus compañeros uruguayos. Si en el correr de este fin de semana no se soluciona el conflicto se verán afectados los vuelos en Aeroparque, Ezeiza y San Pablo. Bajo la misma condición, los trabajadores de Uruguay pararán el vuelo que sale para San Pablo el domingo en el aeropuerto de Laguna del Sauce en Punta del Este, y la medida será acompañada con una movilización.

Dina Feller, coordinadora de la Red Sindical de los trabajadores de Latam Airlines en la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte e integrante de la Asociación del Personal Aeronáutico Argentina; y Edgardo Llano, secretario general de la Federación Argentina de Personal Aeronáutico, se reunieron ayer con el gerente general de Latam Uruguay para comunicar las medidas a tomar si la empresa multinacional con sede en Chile y Brasil no reincorpora a los 34 trabajadores despedidos, o les ofrece una indemnización mejor a la propuesta en la semana.

Sabrina Molinari, integrante del sindicato uruguayo de la aerolínea, dijo a la diaria que tienen “varios medios y formas para que no salgan los vuelos o que despeguen sumamente demorados”.

“Estos compañeros [argentinos] nos aseguraron que lo que se hizo no sólo está mal, sino que es reversible, porque pasó en Argentina”, agregó.

El domingo los trabajadores se enteraron de la medida cuando ingresaron en la página de la aerolínea en la que están los legajos y figuraba que estaban despedidos. Molinari dijo que la empresa argumentó un motivo económico para los despidos. “Ellos están buscando una mayor eficiencia económica con reducción de costos, a través de los funcionarios”.

El lunes la empresa ofreció a los empleados trabajar para Global Airport Services, firma que hace la facturación para la aerolínea en Montevideo y Punta del Este. Según un comunicado de Latam, “la externalización de este servicio no afectará la operación de Latam Airlines en Uruguay ni la experiencia de viaje de sus pasajeros”. Además, el documento señala que “dicha empresa [Global] está ya en conversaciones con ex trabajadores que buscan reinsertarse en el mercado laboral”, informó la agencia Efe. Raquel Sena, representante del sindicato, dijo a la agencia que el día del despido Latam ofreció a los empleados trabajar en Global por un sueldo más de 50% menor al que tenían antes, y sin ninguno de los beneficios que les otorgaba Latam. En las negociaciones en la Dirección Nacional de Trabajo la multinacional ofreció el pago de una indemnización, lo que fue rechazado ayer por los trabajadores.

A la par de los despidos de la empresa en el Aeropuerto de Carrasco, Latam contrató y trajo del exterior a trabajadores chilenos y brasileños para sustituir las vacantes generadas. Al respecto, Molinari dijo: “En el momento en el que nos echaron ya tenían gente de Brasil y Chile. Ellos se iban a quedar hasta el sábado 16 y nos acabamos de enterar de que quieren que se queden una semana más”. Según la integrante del sindicato, son 23 personas y están averiguando si tienen los permisos para trabajar y si se les está pagando de acuerdo a lo convenido en la negociación colectiva. “La idea de Latam es que empezaran a trabajar los empleados de Global, pero ahora esta empresa no tiene gente porque ninguno de nosotros va a trabajar con ellos”, ilustró.

Raquel Sena, representante del sindicato, dijo a la agencia Efe que los 34 despidos fueron inapropiados porque la empresa “violó” la cláusula de paz que tenía con los empresarios. “Ellos [Latam], el 15 de setiembre, denunciaron el convenio y estábamos aguardando a que llamaran a negociación. Durante ese período ni la empresa ni nosotros podíamos tomar ningún tipo de medidas”, explicó.

Por su parte, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, reiteró ayer, en declaraciones a Subrayado, que la empresa tuvo una actitud “intempestiva”. “Así no se hacen las cosas”, sostuvo. “Trajeron gente para sustituir a trabajadores que estaban desempeñándose acá, y ni siquiera les avisaron antes. No queremos que este tipo de prácticas se instalen en nuestro país. Este es un país de diálogo de negociación y respeto a los derechos humanos. Decirle a una persona que se la va a sustituir sin siquiera darle una explicación previa es un camino absolutamente rechazable”, finalizó.