Hay tres cosas que caracterizan a los nuevos viejos de Uruguay: además de lo ya conocido (que viven más en las ciudades que en el campo, que 90% cobra jubilación o pensión, que hay más mujeres viejas que hombres), ahora se sabe que 16.000 son analfabetos (3% frente al 1,6% de la población total del país), que 20% de las personas de entre 65 y 74 años continúa desempeñándose en el empleo, y que la proporción de mujeres que realizan las tareas del hogar supera ampliamente a la de los varones en todo el país.

Estos datos “permitirán llevar adelante políticas de transformación profundas, anticiparnos y planificar colectivamente”, aseguró la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, ayer en la presentación del Atlas sociodemográfico y de la desigualdad del Uruguay, Envejecimiento y personas mayores, elaborado a partir de los datos del Censo de 2011 por Nicolás Brunet y Carla Márquez. Los investigadores procesaron la información proveniente de 14% de los residentes en el país, esos que tienen más de 64 años de edad.

Entre las generalidades, se puede decir que 500 personas superan los 100 años, que de cada diez personas mayores de 64 años, seis son mujeres, y que dentro del grupo de mayores de 84, menos de tres de cada diez son varones. En conclusión, Uruguay es un país de viejos; en otras palabras, tiene una estructura poblacional envejecida.

“Muy al contrario de la interpretación rápida y negativa que hacen algunos, esta es una buena noticia: indica un alto índice de desarrollo humano”, aseguró ayer Martín Dibarboure, subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. “Lo vemos como un desafío”, agregó: se deberán trasladar estos indicadores a las políticas sociales, “a la salud, a los cuidados, a la seguridad social”, y “buscar un equilibrio para el bienestar de todos”.

La directora del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inmayores), Adriana Rovira, explicó que aunque les consta que Uruguay es “el país más envejecido de la región, que tiene la población con niveles educativos más altos, con accesos a la salud más altos, y niveles de ingresos en materia de seguridad social más altos”, el Atlas es una “herramienta de lectura estadística” que permitirá ver “cuál es el escenario demográfico a nivel educativo, en específico; composición de hogar de las personas mayores y nivel de dependencia”, agregó.

Generales

En 2011 había 457.662 personas de 65 y más años residiendo en hogares particulares. De ellas, 402.700 tenían entre 65 y 84 años (representarían a 88%), y 54.962 tenían 85 años o más. La distribución por sexo muestra que el grupo de entre 65 y 84 años está conformado por 236.686 mujeres y 166.014 varones, mientras que el grupo más envejecido se compone de 39.171 mujeres y de 15.791 varones de 85 años y más. A su vez, aunque algo más de 11% de la población de cada departamento tiene 65 años o más, Lavalleja, Colonia, Flores, Florida, Montevideo y Rocha presentaron proporciones cercanas a 15%. Por el contrario, las personas mayores que vivían en Artigas, Maldonado, Salto, Rivera y Río Negro mostraron un menor peso relativo. Además, este subgrupo de departamentos combina una menor proporción de personas mayores con un alto porcentaje de niños (con la excepción de Maldonado). De los datos se desprende la “feminización de la vejez” y que hay un creciente proceso de “sobreenvejecimiento”; esos son los rostros del envejecimiento uruguayo.

Por otro lado, la población uruguaya es una de las más urbanizadas de la región, y las personas mayores no constituyen la excepción: 87% reside en las áreas más urbanizadas del país (10.000 habitantes y más), apenas 7% vive en áreas rurales y casi 6% en áreas intermedias. Hay sobrerrepresentación de mujeres en las áreas más urbanizadas, y de hombres en áreas rurales. En ese sentido, Montevideo (80%), Lavalleja (78%) y Colonia (76%) son los departamentos más envejecidos. Los índices más elevados de envejecimiento en Montevideo fueron observados en los barrios del cuadrante sur-este de la ciudad. Por lo demás, la capital presenta niveles “muy bajos” y “bajos” de envejecimiento, asociados a la mayor concentración de niños en los barrios del oeste.

También se comprobó que 20% de las personas de entre 65 y 74 años continúa desempeñándose en su empleo; 28% de los varones están ocupados, frente a 14% de las mujeres. Por otra parte, se verificó que la proporción de mujeres que realizan las tareas del hogar supera ampliamente a la de los varones en todo el país. En San José y Colonia alcanzan valores extremos: 88%.

Dependencia

La relación de dependencia de mayores de 64 años es “muy alta” en Lavalleja; le siguen Rocha, Colonia, Florida y Flores. Artigas, Salto y Rivera fueron los tres departamentos que representaron la menor relación de dependencia (entre 18 y 19 personas mayores cada 100 en edad activa). Por otro lado, cerca de 50% de los varones mayores residentes en Salto, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo sufren una dificultad permanente, mientras que Montevideo y Colonia presentaron proporciones inferiores a 40%.

Desarrollo humano y social

Se constató que hay algo más de 16.000 personas mayores que no saben leer ni escribir. En Tacuarembó, Rivera, Artigas, Cerro Largo y Río Negro es donde hay más analfabetos (entre 8% y 11%). A su vez, en el Atlas se señala que excepto en Paysandú, los varones mayores residentes en los departamentos del norte del país “enfrentan situaciones serias de vulnerabilidad asociadas al déficit en sus habilidades básicas de lecto-escritura”. Respecto de las mujeres, Rivera presentó los niveles más elevados de analfabetismo (de 7,9% a 10,34%). Como era de esperarse, Montevideo presenta los niveles más bajos de analfabetismo (1,5% o menos). En general, también se identificó un “serio déficit” de logro escolar de las personas mayores. En tal sentido, casi seis de cada diez mayores de 64 años no superó el nivel de primaria, y apenas 11% alcanzó el ciclo básico.

Necesidades básicas

El Atlas también verificó que la presencia y proporciones de personas mayores con tres o más carencias críticas sigue un patrón decreciente con el ciclo de vida. En tal sentido, las proporciones de personas mayores con tres o más Necesidades Básicas Insatisfechas a nivel departamental, en ningún caso supera el máximo de 10% (varones) y 5% (mujeres).

Seguridad social

90% de los mayores de entre 75 y 84 años cobra jubilación o pensión. El porcentaje correspondiente a los que tienen entre 65 y 74 años es bastante inferior (78%) al observado a partir de los 85 años (87%). Además, los varones siguen presentando proporciones de cobertura más ventajosas respecto de las mujeres, siendo más marcadas las diferencias para las personas de 85 años y más (91% versus 85%).