Como era de esperarse, los dichos del “pastor” Jorge Márquez la semana pasada generaron una oleada de críticas en varias organizaciones sociales e, incluso, en algunos sectores políticos.
El jueves el “pastor” se despachó en el programa Desayunos informales, de Canal 12, con una serie de singulares declaraciones que apuntaban a asegurar que el “lobby gay” impulsa la promoción del sexo con “menores” y “animales”. “No digo que acá en Uruguay, digo que tenemos que observar lo que está pasando en el mundo porque viene para acá. Hay señales ya”, aseguró. Márquez, líder de la iglesia Misión Vida, sostuvo que el gobierno promueve en la educación la “ideología de género”, por ejemplo, a través de la Guía de Educación y Diversidad Sexual del Ministerio de Desarrollo Social. Para el “pastor”, esta “ideología” es “una visión parcial de la sexualidad”. Según dijo, lo que a él le preocupa es que este pensamiento quiera imponerse “a todos” en la sociedad. “Creo que el Estado existe para defender mis derechos y no para imponerme ideología alguna”, sostuvo. Márquez también aseguró que su iglesia ha logrado transformar a muchos “pecadores”: “Han cambiado su conducta de vida. Han dejado el travestismo y algunas prácticas de ese tipo, y han comenzado a vivir y funcionar según como nacieron”.
Frente a estas aseveraciones, el colectivo Ovejas Negras elaboró un comunicado que fue firmado por 26 organizaciones, incluidas la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, Proderechos y la Sociedad de Psicología del Uruguay. El texto, de 13 puntos, sostiene que el de Márquez es un “discurso de odio” que alimenta “la discriminación, los prejuicios, la violencia y el estigma hacia poblaciones históricamente vulneradas”, y afirma que las referencias a la pedofilia y el sexo con animales “se tratan lisa y llanamente de mentiras”, y “encubren una agenda contraria a la igualdad de género, al respeto por la diversidad sexual y, en última instancia, a la laicidad del Estado uruguayo”.
El comunicado también cuestiona los supuestos “cambios de vida” que promueve la iglesia que lidera Márquez, y asegura que son un “problema vigente” del país. “Convocamos a que las autoridades competentes en materia de salud, especialmente el Ministerio de Salud Pública y la Universidad de la República, tomen cartas en el asunto para terminar con estas prácticas que violan los derechos humanos”. Esas intervenciones, se asegura, “son repudiadas por organismos como la Organización Mundial de la Salud” y además generan “consecuencias profundamente negativas para la salud mental de las personas”.
Por último, se observa que llama la atención sobre los “vínculos de la bancada evangélica con sectores del Partido Nacional, particularmente del grupo liderado por la senadora Verónica Alonso”: “Nos preocupa que este tipo de declaraciones reflejen el sentir y accionar de estos sectores políticos”. La senadora nacionalista desmintió pensar de forma similar a Márquez: “Quiero expresar que no tengo nada que ver y no las comparto en absoluto”, escribió en Twitter.
Pero los dichos de Márquez incluso podrían terminar en la Justicia. El sector frenteamplista Ir, encabezado por la diputada Macarena Gelman, instó el sábado a Márquez a retractarse de sus dichos. “Manifestar abiertamente que la comunidad gay fomenta dicha práctica [en referencia al abuso sexual] es, además de irresponsable, un atentado directo contra la población LGBT y a los y las dirigentes de dicho movimiento en concreto”. Por eso, el sector asegura que si Márquez no se desdice de sus expresiones, “nos comprometemos a tomar las medidas legítimas que estén a nuestro alcance, a fin de que sus actos no queden impunes”. Para Ir, los dichos de Márquez “representan una acción discriminatoria de acuerdo a lo establecido por la Ley 17.817”, lo que constituye un “delito vigente”.