Femen fue la organización surgida de un par de mujeres ucranianas que se encargó de hacer masiva la difusión del feminismo en las pantallas. ¿Cómo? Mostrando las tetas.

Inna Shevchenko, líder de Femen, proclamó su independencia el día que su país celebraba la suya en 2010, mostrando por primera vez los senos en una protesta. En su legajo se puede leer: cuando cortó con una motosierra una cruz en protesta contra el encarcelamiento de las chicas de Pussy Riot en Rusia; cuando intervino en plena sede de la KGB; cuando la balearon en Copenhague; cuando la sacaron rapidito del Vaticano.

“La reacción de la sociedad fue realmente impredecible. Porque la gente tiene la costumbre de ver mujeres desnudas en Ucrania, pero no en contextos políticos. No estábamos vendiendo nada, teníamos una actitud agresiva, tratábamos de denunciar algo”.

En 2010 Ucrania termina con el período de Yulia Timoshenko y vuelve a tener elecciones democráticas. “Nadie nos prestaba atención, nadie nos quería escuchar, sólo nos querían ver”, dice Inna.

-Huiste de Ucrania en 2012 luego de recibir varias amenazas, fuiste a Polonia, pediste asilo político en Francia e iniciaste formalmente la militancia Femen aquí. ¿Te sentís la refundadora del movimiento?

-Decidí venir aquí porque había mujeres que nos sostenían, que estaban en contacto y así fue como empezó la internacionalización del movimiento. Luego fue Alemania, España, México, Canadá, Suecia, Polonia. Tenemos que funcionar de manera internacional y coordinada. Cada sede de Femen es autónoma.

-¿Cómo se controla esta expansión?

-En este momento hay gente preparada en todos los países. Tenemos un tipo de organización muy clara pero las ideas sobre el feminismo no tenemos que controlarlas. Hay personas que toman nuestras tácticas y las usan y estamos contentas de que así sea. Por ejemplo, en Latinoamérica, y en Argentina específicamente, han adaptado nuestra táctica de senos desnudos con slogans a protestas contra el aborto.

-¿Qué está faltando para tener más presencia de Femen en Medio Oriente?

-Lo que falta es que las mujeres crean que nuestras tácticas son útiles en su lucha. Las intervenciones que hemos hecho en países musulmanes siempre estuvieron precedidas por mujeres de esos países que decidieron tomarlas. Para responder a tu pregunta, creo que nuestras tácticas son mundiales porque en todos los países del mundo el cuerpo desnudo de la mujer en un contexto político molesta.

-¿Qué pasa en un entrenamiento de Femen?

-Realizamos un entrenamiento físico y psicológico. Porque una cosa es estar preparada para saltar sobre el auto de Dominique Strauss Kahn, pero otra soportar la presión, un arresto, tener que gritar en público muchas veces en medio de una ceremonia oficial. Enseñamos a gritar, a saltar barreras, enseñamos distintas técnicas, cómo esquivar a un custodia, cómo comportarse durante un arresto, cómo responder a la policía. Tácticas de activismo.

-¿Femen funciona con militantes rentadas?

-Ninguna persona es pagada por Femen en este momento. En Ucrania sacábamos un poco de dinero para pagar nuestros cuartos y algo de comida. Yo vivo de la venta de mis columnas y me alojo en un sitio secreto gracias a alguien que me lo ofrece gratuitamente.

Feminismos, URSS, formación

-Se dijo que Femen era una especie de feminismo para no intelectuales. ¿Esto es así?

-No, no pensamos eso. Reconocemos a los movimientos feministas que existieron a lo largo de la historia. Y, de hecho, dentro de Femen y detrás de las acciones callejeras hay reflexión intelectual. Como el manifiesto que fue nuestra primera publicación; el libro que Paulline Hillier y yo estamos sacando al mismo tiempo que reeditamos otro trabajo que realizamos de manera internacional, y que en Francia se llamó Rebelión. Intentamos sumar una interpretación intelectual a lo que hacemos. Pero el punto es que la naturaleza de Femen es la acción en la calle, es un acto físico. Añadimos algo a la militancia feminista.

-Inicialmente estuvieron influenciadas por Marx, Lenin, Bebel, Pavlitchko y Betty Friedman, según han declarado en entrevistas anteriores. ¿Cómo evolucionaron estas ideas?

-Nosotras venimos de un país que integró la Unión Soviética. Crecimos con esas ideas, luego tomamos tiempo para leer ese gran libro de Bebel. Lo leímos entre todas y luego de discutirlo entendimos que teníamos una idea muy naïf sobre una posible sociedad sin diferencias de clases y que tampoco allí el rol de la mujer era reconocido.

-En Francia fue el primer país en donde fueron acusadas de “atentado a la moral”, luego de destruir la estatua de cera de Putin perteneciente al museo Grevin, lo que las llevó a declarar que era un país más conservador de lo que se creía. Pero finalmente la condena de Iana Zhdanova, integrante de Femen, fue emitida por cargos de destrucción de la propiedad privada. ¿Es posible que esto genere jurisprudencia?

-Ese es nuestro objetivo. Nuestros abogados están trabajando en ello. Van a presentar un proyecto para modificar la ley, para que se entienda que la exposición del cuerpo femenino no tiene por definición una connotación sexual al igual que los hombres.

Por algo exhibir el cuerpo femenino escrito con slogans genera tanto. Te encontrás con que integramos la lista negra de no deseados en Rusia. Me tuve que ir de Ucrania luego de ser varias veces violentada y perseguida; el día que los servicios secretos golpearon mi puerta me tiré por la ventana. A mis 26 años estuve a punto de ser asesinada en tres oportunidades. Pensá cuán ridículo resulta que cuando intentamos intervenir en Bielorrusia nos enviaron dos ómnibus con 25 oficiales a detenernos, nos metieron en el bosque, nos torturaron y nos abandonaron en la noche.

-Femen nace ligada a la denuncia del turismo sexual en Ucrania. ¿Ustedes se definen como abolicionistas?

-Consideramos que la prostitución es una forma de explotación contra la mujer. Y no nos equivocamos cuando decimos que las mujeres más pobres son las que trabajan como prostitutas. No condenamos a las prostitutas, condenamos a los dueños de este negocio. Yo vengo de un país donde el 60% de las estudiantes universitarias están envueltas en la industria del sexo. Esto sucede porque llegan de pequeños pueblos a estudiar a la gran ciudad y para poder mantenerse y pagar sus estudios se ven obligadas a estudiar en el día y en la noche trabajar en un burdel.

-¿Sos consciente de que existen trabajadoras sexuales feministas que reivindican seguir con su trabajo al mismo tiempo que piden regulación?

-Nunca voy a reconocer a la prostitución como una profesión. Porque la prostitución permite que se utilice a la mujer como un juguete sexual. No quiero decir con esto que todas sean esclavas. Sé de mujeres que lo hacen por opción. Pero yo me refiero a una industria que destruye la vida de millones de mujeres jóvenes que normalmente no consiguen salir de este desastre. La prostitución masculina es consumida por mujeres ricas e implica el 6% de la prostitución mundial, el otro 94% son mujeres, esto no sucede por azar. No deseo que las mujeres crezcan pensando que su valor está en su cuerpo y no en su talento, su inteligencia y demás aptitudes.

Valentina Viettro.