La Mesa Política del Frente Amplio (FA) respaldó la actuación del ministro de Defensa Nacional, Jorge Menéndez, ante los dichos de Víctor Braccini, ex director de Servicios Sociales del ministerio. Braccini acusó al actual secretario de Estado de estar “despedazando” lo creado por su antecesor, Eleuterio Fernández Huidobro, y dijo que está rodeándose de “funcionarios sin ninguna formación ni orientación política”. En una carta difundida por la radio El Espectador y levantada por el semanario Búsqueda, Braccini sostiene que en la gestión de Menéndez hay “cuestiones que rozan la ética” como, por ejemplo, el caso del chofer que usó un auto oficial para asuntos particulares y luego cambió la chapa en el Chuy.

El secretario político del FA, Gonzalo Reboledo, dijo a la diaria que los comentarios de Braccini dejan “entrever mala intención” ya que, por ejemplo, en el episodio del chofer se hizo la denuncia y se aplicó la sanción correspondiente. Reboledo aseguró que en el encuentro de la Mesa Política, realizado el viernes 10 de febrero, se leyó una carta enviada por Menéndez al presidente del FA, Javier Miranda, en la que se rebaten todas las acusaciones del ex funcionario. A partir de esa misiva se decidió redactar una declaración de apoyo en la que se rechazan “las prácticas basadas en insultos y agravios personales, las que no hacen más que minar el debate político, necesario para encarar los desafíos de nuestro país”.

Braccini también acusa a Menéndez de abusar de los viajes oficiales. El ex director dijo que apodaban al actual jerarca “Marco Polo, porque se la pasó de viaje en viaje”. Con relación a las misiones oficiales, Reboledo señaló que Fernández Huidobro no podía viajar por razones de salud y le pedía al subsecretario que lo reemplazara.

Reboledo dijo que Braccini es “un compañero” que quedó cesante pero siguió trabajando seis meses más. “Ahora aparece con esta nota, que no es justa y tiene una cantidad importante de conjeturas y de elementos que no están sustanciados en hechos de la realidad. Da la sensación de que no hay una buena intención para con el ministro”, dijo.

Por su parte, Javier Miranda se comunicó con Luis Rosadilla para transmitirle su preocupación sobre el tema. Rosadilla es líder de la CAP-L, sector al que pertenece Braccini.

Además del apoyo de la Mesa Política del FA, el ministro fue respaldado por el Partido Socialista (PS), sector al que pertenece. La secretaria general, Mónica Xavier, repudió las acusaciones y dijo que lo que se pretende es “mancillar el honor y la ética del compañero con prácticas que nada tienen que ver con la izquierda uruguaya”. En una declaración pública el PS señaló: “Como Partido reconocemos y respaldamos el compromiso, lealtad y trabajo que ha venido desarrollando en el Ministerio de Defensa. Nos consta la abnegada tarea y entrega, pues a lo largo de su extensa trayectoria política, en la diversidad de responsabilidades asumidas, ha cumplido con creces, dejando siempre en alto las banderas de nuestro Partido y del Frente Amplio”.

Por su parte, el ministro de Defensa anunció el viernes que llevará ante la Justicia al ex director de Servicios Sociales, por injurias. “La fuerza de la injuria es una fuerza muy potente y la vamos a enfrentar. Más cuando se manejan con fines que no son los que nosotros tenemos en el gobierno nacional. Esa nota es una sumatoria de falsedades y se van a tomar las acciones que esta grave situación amerita”, declaró Menéndez a la prensa.

La carta de la discordia

La carta difundida por El Espectador fue fechada el 3 de febrero y está dirigida al ministro de Defensa Nacional. Dice: “Bien sabe usted que accedió al cargo que hoy ostenta no por méritos propios sino sentado sobre los muertos. El ex ministro Rosadilla lo contrató como asesor después de quedar sin nada al perder su banca por Durazno [.] el ministro Fernández Huidobro lo propuso como subsecretario. En ese período se lo conoce como Marco Polo por pasar de viaje en viaje. Al fallecer el ministro Fernández Huidobro, en el mismo velatorio, mediante negociaciones que todos vimos, se lo designó ministro [.] Ese mismo día, al regresar del cementerio, habíamos quedado todos cesantes [.] incluido el director de Secretaría, el número tres del Ministerio. Era su intención designar a una funcionaria de carrera muy allegada a usted y de su confianza, sin ninguna postura política ni trayectoria, nuevamente fracasó porque una persona con peso político se lo impidió [.]. Hoy puedo afirmar que ahí comenzó a despedazar lo que había creado Fernández Huidobro y a vengarse de él [.] Quiso demostrar que había archivos secretos de la dictadura que no eran más que copias de los existentes en el Archivo General de la Nación y en Presidencia. No sólo nos distancia su accionar político sino su concepto de la teoría de los dos demonios y también cuestiones que rozan con la ética como el episodio de su chofer de confianza quien tiene un juicio pendiente contra el Ministerio por miles de pesos, y que utiliza un vehículo oficial con fines propios, destacándose un hecho de un viaje al Chuy y Brasil, después de haber cambiado las chapas oficiales por una particular para no ser detectado. Ese vehículo está detectado en los peajes con día y hora [.] Sé que es difícil ocupar el lugar del que fue calificado como el mejor ministro de Defensa de los últimos 30 años, pero no comprendo su afán de desprestigiarlo”.