A casi tres años de establecido el protocolo que busca proteger a los trabajadores de emergencias móviles ante situaciones de peligro, el Ministerio del Interior (MI) se sumará hoy, firmando el documento. Mientras tanto, la Comisión Multiinstitucional por la Seguridad Personal de Atención Médica Extrahospitalaria (Comsepae) busca extender la protección a la órbita de la medicina familiar y comunitaria, así como a la atención intrahospitalaria, explicaron a la diaria.

Creada en octubre de 2011, la Comsepae reunió a diversos actores, como la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), la Federación Uruguaya de la Salud, el Sindicato Médico del Uruguay (SMU), la Cámara de Emergencias Móviles, la Asociación de Funcionarios de Salud Pública y el servicio de emergencia del CASMU para analizar la situación del personal que desempeña tareas asistenciales. Tras evaluar distintas versiones del protocolo de actuación en empresas públicas y privadas y consultar a instituciones como el Colegio Médico, la cátedra de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, diversos asesores legales y al Ministerio de Salud, se llegó a una versión final, aprobada y puesta en funcionamiento a mediados de marzo de 2014.

El “código violeta” se activa cuando “cualquier integrante de la cabina tiene una percepción de peligro frente a un llamado”, entendiendo por peligro “cualquier elemento que pone o puede poner en riesgo la integridad física del personal asistencial”, por ejemplo, “derrames de materiales peligrosos y/o tóxicos, siniestros de tránsito, violencia ciudadana, elementos físicos o meteorológicos y estados del vehículo”, entre otros.

Frente a la sospecha de que los equipos asistenciales pudieran correr riesgo, se solicita el apoyo logístico necesario -policial, de bomberos, inspectores de tránsito, caminera e incluso, en ciertos casos, apoyo ciudadano- para que las condiciones de seguridad “estén dadas antes de que llegue el móvil”.

También se aclara que el equipo técnico “sólo actuará en una escena razonablemente segura”, y se lo habilita a retirarse “en caso de amenaza a la integridad física”, con la consiguiente denuncia policial y ante la Comsepae (para volver cuando las condiciones lo permitan), y también a “tomar las acciones que correspondan con los usuarios si se desarrolló agresividad durante el servicio por parte del paciente o su entorno”. También se establece que “en ningún caso el conductor del móvil debe quedarse solo” en este. El protocolo es “sólo el inicio”, dijo Luis Pacheco, de la Comsepae. También se trabaja en un anexo que tratará la seguridad en el caso de los médicos de familia, y que, según dijo, ya fue “avalado por el SMU y ASSE”, y también en protocolos intrahospitalarios.

Anahí Barrios, también integrante de la Comsepae y de la Sociedad Científica de Medicina Familiar y Comunitaria, consideró que el anexo procurará atender “el nivel de los que trabajamos más en los territorios en forma permanente” y apostará a trabajar con “elementos que incluyan la permanencia, el trabajo cotidiano, las organizaciones sociales y las redes comunitarias”. Un aspecto a tratar son las visitas domiciliarias. Para esto se lanzará un piloto por intermedio de ASSE, que prevé que en caso de que las visitas sean en zonas de dificultades “los médicos serán acompañados de la Red de Atención Primaria y un chofer, provistos de ropas y auto que los identifique”.

Dado que este protocolo se inspira en el que el MI acordó con el programa Uruguay Crece Contigo, del Ministerio de Desarrollo Social, Barrios consideró que el precedente “da posibilidades de que el ministerio adhiera al anexo también”.