Mientras las cámaras empresariales se disponen a continuar el curso de la queja que presentaron en 2010 ante la Organización Internacional de Trabajo (OIT) por la Ley de Negociación Colectiva, y el PIT-CNT reitera que tiene una “posición antagónica” con estas, el gobierno asegura que apostará al “diálogo” para lograr nuevamente un acuerdo entre las tres partes.

Tras el encuentro del lunes entre los presidentes de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Washington Corallo, y de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS), Carlos Perera, los empresarios recordaron que su queja ante la OIT quedó automáticamente reactivada el 31 de diciembre de 2016, luego de que no se llegara a un acuerdo entre las partes. Por eso, ayer, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, tomó cartas en el asunto y se entrevistó con ambos dirigentes. Luego de la reunión, Corallo sostuvo que no hubo en la central sindical “suficiente madurez” para encarar la negociación. En tanto, Perera dijo que no se sentiría “uruguayo ni patriota si no tratásemos de conseguir una solución a este tipo de temas, que para nosotros quizá no sea tan difícil”. “Como uruguayos deberíamos encontrar un punto en que nos pusiéramos todos de acuerdo”, sostuvo.

En tanto, ayer se reunió por primera vez en el año el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, y el presidente de la central de trabajadores, Fernando Pereira, no escapó al tema tras la instancia. Según dijo, la decisión empresarial “es equivocada” y coloca a Uruguay en “un lugar donde no debe estar”: una “lista que se le llama negra, de países observados por violación a derechos fundamentales”, entre los que enumeró el “trabajo forzado” y “las peores formas de trabajo infantil”. “Colocar en esa lista a Uruguay es un agravio”, dijo, pero además sostuvo que le genera una “imagen negativa” al país. También cuestionó que los empresarios reclamen que las negociaciones salariales sean bipartitas por defecto, en lugar de tripartitas, y recordó que “entre 1990 y 2005 sólo 20% negociaron voluntariamente”, y que “en los años 90 el Producto Interno Bruto creció cerca de 40%, pero los salarios no llegaron a los dos dígitos”. Esta posición, sostuvo, es “antagónica” con la de los trabajadores.

Sobre el tema de las ocupaciones, que los empresarios sostienen que no deberían ser un derecho, Pereira recordó que la recomendación de la OIT sostiene que “cuando una fábrica esté ocupada, se les deba permitir ocupar a los trabajadores, trabajar a los que quieran hacerlo y dejar a los empresarios gestionar”. Esto, sostuvo, es tan inaplicable que “sería como decir que la mejor solución para el fútbol es volver a juntar la Ámsterdam con la Colombes”. Tanto la central sindical como el PIT-CNT apuestan, en cambio, a un nuevo protocolo de prevención de conflictos para evitar las ocupaciones.

Murro aseguró que la reunión con los empresarios fue “positiva” y que se seguirá apostando a la negociación. El jerarca dijo que consideró “positiva” la “reacción del sector empresarial”, en la medida en que “no han innovado ni hecho cosas nuevas”, por lo que las tres partes volverán a reunirse luego de la gira presidencial de Vázquez por Europa, en la que viajarán empresarios y trabajadores. Al igual que Pereira, sostuvo que Uruguay “no merece estar en una misma lista donde hay países que matan a sindicalistas o trabajadores y empresarios que no tienen ningún derecho”.

Murro también confirmó que el gobierno mantendrá los lineamientos salariales de la última ronda salarial para este año, en la que 20 grupos ya vienen negociando de forma retroactiva al 1º de enero. Según dijo, ya se consiguió un preacuerdo entre empresarios y trabajadores en el sector de la seguridad privada. El ministro también destacó los aumentos en las pasividades.