El ex canciller y secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo ayer que de una “dictadura” como la que entiende que hay en Venezuela “se sale por elecciones”, y exigió al presidente del país caribeño, Nicolás Maduro, que convoque a comicios generales en los próximos 30 días. En caso contrario, Almagro propone suspender a Venezuela del organismo, para lo que se necesita el voto de dos tercios de los estados miembros, es decir, de 24 de los 34 que actúan allí.

“De una dictadura se sale por elecciones. Eso fue así en Uruguay, Chile, Argentina. De las dictaduras se sale con elecciones, y esa es la solución”, dijo ayer Almagro, según consignó la agencia de noticias Efe, en una conferencia de prensa acompañado por Lilián Tintori y Patricia Ceballos, esposas de los dirigentes políticos Leopoldo López y Daniel Ceballos, que se encuentran presos en Venezuela. Ambas pidieron a los países de la OEA que apoyen la propuesta de Almagro.

Almagro fue consultado acerca de si sería un fracaso que los países de su organismo no llevaran su propuesta, y respondió que “el único fracaso sería el haberme callado la boca ante las tremendas violaciones a la institucionalidad democrática, los derechos humanos, civiles y políticos en Venezuela”.

Pero la cosa no fue fácil para el ex canciller de Uruguay. En la previa de la conferencia, la representante venezolana ante la OEA, Carmen Luisa Velázquez, irrumpió en la sala y denunció que la organización de la rueda de prensa fue “violatoria de las normas” del organismo. “Esto no se puede hacer, estas son personas de un partido político [Voluntad Popular] que se ha negado a sentarse al diálogo en Venezuela”, dijo la diplomática venezolana, que se plantó frente a los ponentes.

Velázquez dijo que pediría al Consejo Permanente del organismo consultas con los restantes 33 estados para analizar la conducta “deplorable” de Almagro. En la carta que presentó ante este cuerpo, Venezuela argumenta que la normativa interna de la OEA señala que “los programas y funciones en los edificios de la organización no serán políticos, ni tendrán un carácter o fin análogo”, mientras que se denuncia que Almagro volvió a utilizar “los espacios de la OEA con fines proselitistas”.